Calderón critica «discriminación» de ilegales


El presidente de Estados Unidos Barack Obama y su par mexicano Felipe Calderón(D). AFP Photo/Paul J. Richards

El presidente mexicano, Felipe Calderón, denunció hoy al ser recibido con honores de Estado en la Casa Blanca la «discriminación» que pueden sufrir mexicanos indocumentados en Arizona tras una reciente y polémica ley contra la inmigración ilegal en ese estado.


«A pesar de su enorme contribución a la economí­a y a la sociedad de Estados Unidos», dijo Calderón ante su anfitrión, el presidente Barack Obama, millones de inmigrantes en Estados Unidos «aún viven en las sombras».

«En ocasiones, como en Arizona, confrontan incluso patrones de discriminación», añadió.

Las palabras de Calderón fueron recibidas con aplausos por parte del público presente, centenares de personas, en la ceremonia solemne en los jardines de la Casa Blanca.

«Sé que compartimos el interés por promover condiciones de vida digna, legal y ordenada» para los migrantes, reconoció sin embargo Calderón.

En su discurso previo, Obama habí­a manifestado su convicción de que ambos paí­ses pueden lograr «una frontera moderna y eficiente, que incluya una inmigración ordenada y segura».

Obama apoya una reforma migratoria integral en su paí­s, pero ese objetivo no acaba de concretarse en el Congreso a causa de la complicada agenda legislativa.

Mientras tanto, Arizona aprobó el 23 de abril pasado una ley que convierte en delito estatal la inmigración ilegal y obliga a la policí­a a verificar la documentación de cualquier persona «bajo sospecha razonable» de que pueda ser ilegal.

En Estados Unidos viven casi 11 millones de indocumentados, de los cuales unos 7 millones de origen mexicano, según cálculos no oficiales.

En Arizona, estado fronterizo con México donde la tercera parte de sus 6 millones de habitantes son de origen hispano, viven unos 460.000 indocumentados.

La ley en Arizona introdujo tensión en una visita de Estado planeada desde hace meses por ambos gobiernos bajo el signo de la colaboración en la lucha contra el narcotráfico.

Calderón libra desde su llegada al poder en 2006 una lucha sangrienta contra el narcotráfico que ya ha costado casi 23.000 muertos, y para la cual cuenta con un apoyo creciente de su vecino del norte.

Obama no esquivó la alusión a la reforma migratoria que le lanzó Calderón, pero también le pidió que esa colaboración contra el crimen organizado vaya a más.

«Podemos mantenernos firmes y profundizar nuestra cooperación contra los cárteles de la droga que amenazan a nuestros pueblos», dijo Obama.

Ambos presidentes repitieron en términos similares el llamado a la colaboración y a la comprensión de los desafí­os conjuntos.

«Juntos podemos ayudar a crear empleos y prosperidad para nuestro pueblo», dijo Obama.

Obama recordó además «los lazos familiares» entre ambos paí­ses y aseguró que el futuro común se verá definido «no por nuestras fronteras sino por nuestros lazos».

«Divididos no podremos superar esos desafí­os», reiteró por su parte Calderón.

El presidente mexicano retomó una frase en inglés que popularizó Obama durante su campaña electoral hace año y medio: «yes, we can», acuñada originalmente en español por un lí­der sindical estadounidense de origen mexicano hace décadas, César Chávez.

«Â¿Podemos superar esos obstáculos?» se preguntó Calderón en inglés. «Sí­, podemos (yes, we can) si trabajamos juntos», añadió, lo que provocó la sonrisa de Obama.

La ceremonia en los jardines del lado sur de la Casa Blanca en honor de Calderón y su esposa, Margarita Zavala, incluyó una salva de 21 de cañonazos y despliegue de banderas de los 50 estados de la Unión Americana.

Tras los respectivos himnos nacionales, Obama y Calderón pasaron revista a las tropas.

Además de su encuentro bilateral con Obama, Calderón pronunciará el jueves un discurso ante el pleno del Congreso estadounidense.