El presidente mexicano Felipe Calderón destacó la lucha contra el narcotráfico y criticó la política migratoria de Estados Unidos en su primer informe de gobierno, divulgado el domingo en un mensaje a la nación luego de que la izquierda le obligara a abstenerse de hablar ante el Congreso.
Calderón, el primer presidente de México que presenta en una sede distinta del Congreso el mensaje político de su informe que por ley entrega anualmente al Legislativo, se rodeó de unos 3.000 invitados entre miembros de su gabinete, militantes de su partido, empresarios y diplomáticos que acudieron al Palacio Nacional.
«Expreso nuevamente una enérgica protesta por las medidas unilaterales del Congreso y gobierno de Estados Unidos que exacerban la persecución y el trato vejatorio contra trabajadores mexicanos indocumentados», dijo Calderón.
El mandadario mexicano arremetió contra la «insensbilidad» del gobierno de Estados Unidos, al que acusó de no reconocer la contribución de los trabajadores mexicanos al desarrollo de la economía norteamericana , y advirtió que su gobierno seguirá con su «categórico rechazo» a la construcción del muro fronterizo.
Este fragmento del discurso de una hora y 20 minutos fue el que consiguió el mayor aplauso y puso de pie a los asistentes de esta inédita ceremonia que marcó el epílogo de la antaño fastuosa ceremonia del informe de gobierno, jornada que se convertía en el «día del presidente».
En su mensaje político, transmitido en cadena nacional por la radio y la televisión, Calderón enumeró los logros de su gobierno en el combate a la inseguridad, la pobreza, el desempleo y la degradación del medio ambiente, entre los principales.
«La batalla contra el crimen organizado está aún lejos de concluir, sería irresponsable decir que está ganada. Tomará mucho tiempo y lamentablemente costará vidas humanas», dijo Calderón al arrancar su discurso con el rubro del combate a la inseguridad.
El mandatario sostuvo que en los primeros nueve meses de su gobierno, como resultado del despliegue de unos 30.000 elementos, en su mayoría militares, en varios estados del país se ha conseguido la detención de «unas 10.000 personas vinculadas al tráfico de drogas y una veintena de los más importantes líderes».
Mientras Calderón hablaba en el Palacio Nacional, ubicado en el Zócalo (plaza central), afuera unos 200 seguidores del ex candidato presidencial de la izquierda Andrés Manuel López Obrador manifestaban su rechazo contra el que califican de «presidente espurio».
Aunque no había una convocatoria expresa para manifestarse contra el mandatario, el movimiento creado para respladar a López Obrador había organizado a partir del sábado unas «jornadas culturales» de protestas, que sin embargo reunieron a una reducida concurrencia.
Los diputados del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD, segunda fuerza) habían amagado con tomar la tribuna del Congreso para impedir que Calderón presentara su informe, tal como hicieron en 2006, cuando el entonces presidente Vicente Fox (2000-2006) lo tuvo que entregar en el vestíbulo.
Tras horas de negociaciones con otros partidos, el PRD se retiró del salón de sesiones del Congreso al momento de la llegada del presidente, quien de su lado pronunció un mensaje de menos de cinco minutos en el que anunciaba la entrega de su informe por escrito, como exige la Constitución.