La fe no siempre puede compensar las fuerzas del mercado… ni siquiera si estás vendiendo la Palabra de Dios. Al menos eso está descubriendo la mayor imprenta de Biblias del mundo.

La Sociedad Bíblica de Brasil, una organización sin fines de lucro con operaciones en una moderna fábrica en las afueras de Sao Paulo, está enfrentando una caída de la demanda exterior por sus libros sagrados, que son vendidos en 100 países.
La compañía, que comenzó sus actividades hace 60 años, produce actualmente 7,7 millones de Biblias por año, una cifra ni siquiera igualable por la mayor imprenta estadounidense de escrituras cristianas.
Más de la mitad de la producción va para Brasil, el país con mayor cantidad de católicos del mundo.
Unas tres cuartas partes de los 190 millones de brasileños se declara católico. Sumando a los protestantes, la proporción total de cristianos aumenta a casi 90%.
Esa base devota mantiene viva la actividad impresora y las actividades de la compañía, que usa parte de sus ingresos para financiar programas sociales y educativos entre los pobres de Brasil.
«Creemos que la distribución de la Palabra de Dios hace una gran diferencia en las vidas de las personas», dijo a la AFP Erni Seibert, director de la división de comunicación y acciones sociales de la Sociedad Bíblica.
El director de la unidad de impresión, Celio Emerique, explicó el alcance de las operaciones.
«Estamos imprimiendo en unos 20 idiomas diferentes. Básicamente portugués, español, inglés, francés y lenguas africanas», indicó.
Pero las ventas en el exterior han disminuido en los últimos dos años.
Seibert no puede dar un motivo preciso a la caída, ni indicar si es una tendencia permanente.
Estimó, no obstante, que las barreras aduaneras en algunos mercados podrían estar contribuyendo a la reducción, así como la creciente competencia, especialmente de parte de China, un país oficialmente ateo que ve los beneficios de imprimir Biblias dentro de las cuotas oficiales.
Por ahora la compañía, que tiene ingresos de unos 30 millones de dólares anuales, está adoptando un enfoque de esperar y ver. Pero debe congeniar los principios empresarios con su misión religiosa.
«Una cantidad tan grande de Biblias debe ser administrada como una empresa, porque es mucho dinero. Si piensas en uno o dos dólares por Biblia, la Biblia más común, con cifras de esta magnitud necesitas mucho dinero que debe ser bien administrado», explicó Seibert.
En Brasil la Sociedad Bíblica apoya programas sociales basados en la lectura de las Sagradas Escrituras, como promover la alfabetización en comunidades indígenas aisladas -en su propio idioma nativo- y brindando Biblias en braille a personas ciegas.
Flavia Goncalves, una mujer de 52 años que perdió la vista a los 11, es una de las beneficiadas. Pese a un par de imágenes católicas y una pintura de Jesucristo en su modesto hogar de Sao Paulo, no se considera una católica practicante.
Pero desde que la Sociedad le regaló una Biblia en braille en 2002, leer el Antiguo y Nuevo Testamento se ha convertido en una pasión nocturna que la transporta a una historia épica, de 38 volúmenes, de la cual a leído la mitad.
«Había muchas cosas que no sabía, muy importantes, como en el Génesis, cómo comenzó el mundo», indicó, mientras sus dedos se deslizaban sobre las páginas en relieve.
La Sociedad también brinda ayuda médica a los más necesitados.
«A lo que realmente apuntamos como organización es a que en el futuro nuestra sociedad sea mejor, con más esperanza, con más amor, con más relaciones humanas. Y con la esperanza de mejores relaciones entre las personas y Dios», explicó Seibert.