Un juez condenó hoy a cadena perpetua a Alexander Pichushkin, más conocido como el «Asesino del ajedrez»; el motivo de la sentencia fue haber sido encontrado culpable en al menos 48 asesinatos.
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La inocencia de Pichushkin había caído la semana pasada, y sólo se esperaba que hoy se dictaminara la sentencia. Mientras era leída, el «Asesino del ajedrez» únicamente observaba al suelo, sin atreverse a levantar la vista, tal como constataron los periodistas presentes durante la conclusión del juicio.
Pichushkin tiene 33 años, y previo a ser capturado, trabajaba para un supermercado. El sobrenombre de «Asesino del ajedrez», le sobrevino, luego de que confesara que su objetivo era poner una ficha en el tablero de ajedrez por cada una de sus víctimas, es decir, 64 muertes.
Según su testimonio, sólo quedó a un crimen de cumplir su objetivo; sin embargo, en juicio sólo fue vencido por 48 asesinatos. Además, recibió condena por dos intentos de asesinato.
Al principio, su sobrenombre era «Maníaco de Bittsa», debido a la localidad en donde cometió sus delitos, durante los últimos cinco años. Bittsa es una ciudad rusa, ubicada al sur de Moscú.
Pichushkin también fue sentenciado a recibir tratamiento psiquiátrico, aunque algunos expertos han indicado que su comportamiento no muestra signos de demencia, sino que se nota que está en pleno uso de sus facultades mentales.
Tras escuchar la sentencia, manifestó: «No estoy sordo; lo he entendido». Con ello, se da por finalizada una serie de graves asesinatos en la historia de Rusia.
TRADICIí“N DE ASESINOS
Pichushkin se ha ubicado como el segundo asesino más mortífero de Rusia, luego de que en 1992 se condenara a muerte a Andrei Chikatilo, por haber asesinado a 50 personas. Para el caso actual, no se sentenció a muerte, debido a que Rusia tiene una moratoria sobre la aplicación de la pena de muerte.
Alrededor del mundo, también se han dado casos extremos de asesinos en serie. En México el «Poeta Caníbal» seducía a las mujeres con cartas, poemas y flores.
También, recientemente se condenó en Alemania a Armin Meiwes, el «Caníbal de Roteburgo», quien fue sentenciado a cadena perpetua por haber matado al ingeniero Bernd-Jí¼rgen Brandes, y por comerse sus órganos después.