Cachemira, un conflicto con implicaciones nucleares


«No hay camino hacia la paz, la paz es el camino» Gandhi

En una interesantí­sima tesis presentada por alumnos de estudios superiores del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, se analiza con una rigurosa técnica investigativa los elementos que generan las perspectivas del Conflicto entre Pakistán e India por la región de Cachemira.

Lic. Carlos Escobedo

Ampliamente discutido y negociado, tanto en los cí­rculos académicos como polí­ticos, el tema de la Cachemira, por distante que pueda parecer a nuestra realidad geográfica, encierra una serie de elementos de profundas raí­ces con profundas connotaciones para la estabilidad mundial.

Este fascinante enclave geográfico bañado por la Bahí­a de Bengala y el Mar Arábigo es a mí­ entender una de las regiones estratégicamente más importantes del planeta. Lo que imaginariamente podrí­a ser la puerta al mundo islámico y occidental, vecino de la China, punto de contención del extremismo con el cual paradójicamente libra permanentemente un combate, con una vecindad geográfica interesante en un puente natural hacia el Medio Oriente y el Asia.

Habrá entonces indudablemente que entender una serie de factores, tal y como muchí­simos analistas coinciden en señalar: en primer lugar, los elementos fundamentales, que incluyen a su vez los elementos históricos (elemento jurí­dico) y los argumentos polí­ticos.

En los conflictos de solución territorial habrá que tener en cuenta el elemento de los intereses geoestratégicos, por esa razón el análisis de la ubicación geográfica, así­ como los recursos deberán ser considerados.

Finalmente, en el análisis de este conflicto habrá que visualizar permanentemente otras consideraciones por demás validas: los elementos ideológicos, económicos y religiosos. Sobre este último punto habrá que ser lo suficientemente preciso para diferenciar las diversas posiciones que se asumen en nombre de la Fe y evitar con ellos sesgos desde posiciones propias.

Si hiciéramos un recuento de los derramamientos de sangre y de la polarización constante que se pretende en ambos lados de la «Lí­nea Verde» llegarí­amos a la conclusión que la intolerancia pudo haber ganado la partida hace muchí­simo tiempo. Lo cierto es que, en buena medida gracias a la polí­tica de contención que ha jugado la comunidad internacional, por un lado y por otro en buena medida a la madurez de las instituciones democráticas, el conflicto no ha llegado a donde muchos esperen nunca deba llegar, a una confrontación directa con posibilidades de uso de tecnológica nuclear.

Considere para su análisis que Pakistán e India son dos poderosas naciones con un peso polí­tico y económico importante y una amplia influencia en el contexto de las relaciones internacionales.

Finalmente, habrá que tomar en consideración para un análisis más profundo, los elementos de la desigualdad social que desdibujan el mapa interno en ambos lados y que fomenta la intolerancia como fruto de la desesperación. Le sugiero ver la pelí­cula «Slumdog Millionaire» catalogada por sus crí­ticos como una aproximación a los cinturones de miseria de las grandes urbes, en este caso Bombay, capital financiera de la India.