Cacerí­a de brujas en Guatemala


Hoy, 19 de abril, se cumplen 316 años del inicio de los juicios por brujerí­a en Salem (en el actual estado de Massachusetts). Ese episodio ocurrió en 1692 en Estados Unidos, dentro de luchas internas de las familias de colonizadores y en el clima del fanatismo puritano. Veinticinco personas fueron condenadas a muerte, acusadas de brujerí­a, en su mayorí­a mujeres, y se encarceló a un número mayor. El total de acusados por brujerí­a en esos procesos se calcula entre 150 y 200, sin tomar en cuenta los casos de encarcelamiento.

Marco Vinicio Mejí­a

En el pasado, cuando la gente sufrí­a agresiones cuyo origen no podí­a explicar, atribuí­a sus males a los brujos, vestigios de los ancestrales adivinos o doctores. Al igual que hace siglos, ahora se castiga por hechos que no son comprobados y el «tribunal de la opinión popular» dictamina sin respetar el derecho de defensa, y no se presume la inocencia sino la culpabilidad.

En la Guatemala reciente, cierta prensa desató una «cacerí­a de brujas» durante el gobierno de Alfonso Portillo, acusándolo de ser el responsable directo de nuestros males. Portillo fue condenado anticipadamente, sin ser citado, oí­do y vencido en juicio imparcial. No faltaron los incautos que les hicieron el juego a quienes todaví­a claman venganza, después que sus intereses multimillonarios fueron afectados por ese régimen.

Esa misma prensa no recurrió al «periodismo investigativo» para poner en evidencia a los «brujos», que al amparo del gobierno de í“scar Berger, también recurrieron a artes ocultas para «desaparecer» parte del erario público. Falta averiguar, con la ley en la mano, cómo se enriquecieron ilí­citamente, qué métodos tortuosos emplearon para adquirir bienes y así­ también exigir el severo castigo al cual se harí­an merecedores.

Actuemos con serenidad y equidad, cualidades que tampoco demostramos para investigar a los grandes privatizadores, encabezados por ílvaro Arzú, quienes subastaron el paí­s para convertirse en «nuevos ricos», sin que nadie les exigiera rendir cuentas.