Miguel Cabrera ganará 292 millones de dólares en la próxima década, un récord para el beisbol de Grandes Ligas, tras pactar un nuevo contrato por ocho años y 248 millones con los Tigres de Detroit.
El astro venezolano, quien cumple 31 años el 18 de abril, tiene pendientes dos años y 44 millones de dólares del contrato por ocho temporadas y 152.3 millones que expira en 2015.
El nuevo contrato fue anunciado hoy en una conferencia de prensa en Lakeland, Florida.
El promedio del nuevo contrato, de 31 millones anuales, supera la marca anterior de 30 millones714 mil 286 dólares que tenía el pitcher de los Dodgers, Clayton Kershaw, con el pacto por siete años y 215 millones que firmó en enero. Además, el total que recibirá de los Tigres supera el récord previo comprometido por un equipo, los 275 millones por 10 años que los Yanquis otorgaron a Alex Rodríguez a partir de 2007.
Los Tigres y su propietario Mike Ilitch cerrarán la temporada de entrenamiento demostrándole a sus fanáticos que están dispuestos a pagar lo que necesite para retener talento.
La franquicia le ofreció recientemente al pitcher Max Scherzer 144 millones por seis años, pero Scherzer rechazó la oferta y podría quedar como agente libre después de la temporada. Detroit se deshizo del contrato de 214 millones de dólares de Prince Fielder al enviarlo a Texas en noviembre a cambio del segunda base Ian Kinsler.
Es evidente que los Tigres desean que Cabrera concluya su carrera en Detroit.
El venezolano, quien cumple 31 años el mes entrante, ha sido elegido el jugador más valioso en las últimas dos temporadas. Es el primero en ganar ese premio en dos temporadas consecutivas desde que lo hizo Frank Thomas dos décadas atrás.
Tuvo el mejor promedio de bateo en la liga el año pasado con .348, y acumuló 44 jonrones y 137 impulsadas, una cifra sólo superada por Chris Davis, de Baltimore.
Su Triple Corona del 2012 fue la primera vez que un jugador encabeza la liga en promedio al bate, jonrones y empujadas desde que Carl Yastrzemski lo hizo con Boston en 1967.
El año pasado jugó solo 148 juegos, tras disputar 162 las dos temporadas previas, por problemas en la espalda y en un músculo flexor de la cadera izquierda, un tirón en la parte baja del abdomen, molestias en las canillas y un tirón en la ingle que requirió una operación durante el receso invernal.
El toletero, quien participó en ocho Juegos de Estrellas, lució saludable durante la pretemporada.
Las lesiones parecen ser lo único capaz de frenar a Cabrera, quien tiene un promedio de por vida de .321 con 365 jonrones y mil 260 empujadas, cifras que lo ubican entre los mejores bateadores de la historia. Lleva seis temporadas con Detroit tras jugar cinco años con los Marlins.
«Hace un contacto increíble», comentó en una ocasión Al Kaline, ocupante del Salón de la Fama y hoy ejecutivo de los Tigres. «Muy natural, pareciera que no se esforzase».
Los Tigres ganaron tres veces seguidas la división Central de la Liga Americana en parte porque Cabrera lideró la liga en promedio al bate, con .348, .330 y .344. También encabezó la liga dos veces en jonrones y empujadas.
Como novato, a los 20 años, ayudó a que los Marlins conquistasen la Serie Mundial. Necesitados de dinero, los Marlins lo cedieron a Detroit tras la temporada del 2007 porque no podían pagar lo que valía.
Los Tigres evitaron que se aventurase en el mercado de agentes libres al darle un contrato de ocho años 152.3 millones de dólares en el 2008.
Detroit lo volvió a ubicar en la primera base en reemplazo de Fielder tras hacerlo jugar en tercera las dos temporadas previas. El ex piloto de esa novena Jim Leyland dijo que Cabrera tiene suficiente talento como para ser un jugador completo.
«Espero que cuando llegue a Cooperstown, la gente no diga que era simplemente un buen bateador», expresó Leyland una vez.
Los Tigres parecen confiar en que los problemas que ha tenido Cabrera fuera del terreno de juego son cosa del pasado.
En una ocasión fue detenido por manejar en estado de ebriedad en el 2011 en la Florida. También se lo acusó de resistirse a la autoridad sin recurrir a la violencia, pero ese cargo fue luego retirado.
Hacia el final de la temporada del 2009, cuando Detroit trataba de ganar su primer título de división en más de dos décadas, Cabrera se peleó con su esposa. Cuando el gerente general de los Tigres Dave Dombrowski lo fue a buscar a una comisaría al día siguiente tenía un corte y algunos magullones en el rostro.