El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, pidió al Congreso este viernes la aprobación urgente de recursos para la guerra de Irak, así como de una ley que otorga a las autoridades poderes de espionaje, que ha sido duramente criticada por organizaciones de derechos civiles.
«Es vital que la comunidad de inteligencia pueda saber con quién están hablando los terroristas, qué están diciendo, y qué están planeando», explicó el mandatario en una declaración de dos minutos de duración que pronunció en la Casa Blanca.
El proyecto sobre gastos autorizaría 162.000 millones de dólares para los conflictos de Irak y Afganistán, suficientes hasta dos meses después de que su sucesor haya asumido el cargo en enero, sin mencionar un calendario de retirada, como exigen los opositores a la guerra de Irak.
«Esta ley dará a nuestras tropas los fondos que necesitan para prevalecer (sobre el enemigo) sin atar las manos de nuestros comandantes y sin imponer calendarios artificiales de retirada», dijo Bush.
Se espera que ambos proyectos resulten aprobados por el Congreso estadounidense, a pesar de la firme oposición de algunos líderes demócratas, en particular en lo que se refiere a la medida de inteligencia.
Fondos
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la liberación de 162 mil millones de dólares para las guerras en Irak y Afganistán, sin calendario de retirada de tropas de suelo iraquí.
El proyecto de ley, que todavía debe ser adoptado por el Senado, establece el presupuesto militar para esas guerras hasta el verano (boreal) de 2009.
Fruto de un compromiso entre la mayoría demócrata y los aliados republicanos del presidente George W. Bush, no fija un cronograma para la retirada de las tropas estadounidenses en Irak.
Contiene en cambio una prolongación de 13 semanas de los subsidios de desempleo, y una versión modernizada de la ley del Soldado («G.I. Bill») posterior a la Segunda Guerra Mundial, destinada a abrirles las puertas de la Universidad a los ex combatientes, dos proyectos a los cuales se habían opuesto el presidente Bush y los republicanos del Senado.
La Cámara de Representantes estadounidense aprobó este viernes un proyecto de ley sobre escuchas telefónicas que ha sido severamente criticado por grupos de defensa de las libertades civiles.
El texto, fruto de varios meses de negociaciones, estipula que las firmas de telecomunicaciones podrán evadir demandas judiciales si prueban ante un juez que recibieron garantías escritas por parte del gobierno sobre la legalidad de las escuchas extra-judiciales, ordenadas en el marco de las investigaciones antiterroristas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La polémica se inició tras la revelación en diciembre de 2005 de que las autoridades norteamericanas habían escuchado miles de conversaciones telefónicas entre Estados Unidos y el exterior, por orden directa del presidente George W. Bush y sin que mediara una orden judicial.
La medida fue aprobada el viernes por 293 votos contra 129, a pesar de la oposición de muchos legisladores demócratas y de reservas expresadas por la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi.
«Es un texto equilibrado, podría argumentar a favor o en contra», dijo Pelosi el miércoles.
Todos los republicanos de la Cámara baja votaron a favor, así como 105 demócratas.
El proyecto de ley será ahora sometido a la aprobación del Senado, donde el líder de la mayoría demócrata Harry Reid se ha manifestado opuesto a una «inmunidad retroactiva» para las compañías, que cooperaron con un programa que considera que estuvo al margen de las leyes de vigilancia.