George W. Bush renunció a obtener del Congreso controlado por los demócratas la renovación del mandato del embajador norteamericano en la ONU, John Bolton, que vence en diciembre.
«El presidente aceptó con renuencia la decisión del embajador de Estados Unidos ante Naciones Unidas John Bolton de que sus servicios a la administración concluyan cuando expire su actual nombramiento», dijo la portavoz Dana Perino.
El mandatario anunciará oficialmente esta decisión cuando reciba este lunes a Bolton en la oficina oval a las 15H10 (20H10 GMT), agregó, sin precisar cuándo anunciará el nombre del sucesor.
Bush fue obligado a designar a Bolton por decreto en agosto de 2005, ante las reticencias suscitadas por su personalidad y la imposibilidad de superar la obstrucción de la oposición demócrata.
Pero tal nominación sólo es válida por la legislatura en curso. Para mantenerla, Bolton debería ser confirmado por el Senado.
La confirmación de este neoconservador, criticada incluso en filas republicanas, no estaba para nada asegurada en un Congreso cuya nueva mayoría demócrata se instalará en enero.
«Hace un año nombré al embajador Bolton porque sabía que representaría los valores de Estados Unidos y que se enfrentaría eficazmente con problemas difíciles en las Naciones Unidas», indicó un comunicado del presidente Bush, en el que rinde homenaje al trabajo cumplido por Bolton en la ONU, especialmente en el tema nuclear norcoreano e iraní, la crisis de Darfur y las reformas en el seno de la organización mundial.
El presidente envió al Senado el 9 de noviembre la designación de Bolton, con la intención de obtener su confirmación ante la mayoría que aún disponían los republicanos.
«Estoy profundamente decepcionado de que un puñado de senadores de Estados Unidos impidan al embajador Bolton reunir los votos -a su favor o no- que merece del Senado», agrega el comunicado del presidente.
Esto se refiere implícitamente al senador republicano centrista, Lincoln Chafee, cuya voz era indispensable para la confirmación de Bolton en comisión. Pero Chafee, que dudó antes de apoyar la candidatura de Bolton el año pasado, dijo querer aclaraciones sobre la política estadounidense en Medio Oriente antes de pronunciarse sobre el nombramiento del embajador.
Tras las elecciones el 7 de noviembre, Chafee afirmó que «los estadounidenses se pronunciaron en contra de la política del presidente en varios temas, uno de ellos es la política exterior».
En enero, el senador demócrata Joseph Biden, que asumirá la presidencia de la Comisión de Asuntos Exteriores, indicó que no tenía «ningún interés en reexaminar el nombramiento» de John Bolton.
Según sus detractores, Bolton está en malas condiciones para representar a Estados Unidos en la ONU. Le reprochan sus críticas a ese organismo internacional e incluso su desprecio, según ellos, por la cooperación internacional.
Las críticas se iniciaron cuando era subsecretario de Estado (2001-2005), por su oposición feroz a la creación de la Corte internacional de justicia, sus esfuerzos por suspender una conferencia sobre las armas bacteriológicas, pero también por su papel en la justificación de la guerra en Irak.
El senador demócrata Chris Dodd describió al embajador como alguien «incapaz de la apertura y la flexibilidad indispensables si se quiere que el Consejo de Seguridad de la ONU sirva a los intereses estadounidenses».