El mandatario estadounidense, George W. Bush, recibe esta semana al rey Abdalá II de Jordania y al presidente de la autoridad palestina, Mahmud Abas, en un intento por acelerar el proceso de paz en Medio Oriente, antes de embarcarse en una nueva gira por la región en mayo.
Abas llegó el martes por la noche a Washington, donde ayer tenía previsto reunirse con legisladores estadounidenses y luego con la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, al mediodía (hora de Guateamala). Hoy el líder palestino será recibido por Bush en la Casa Blanca.
El mandatario, que visitó Israel y Cisjordania en enero, debe retornar a la región para asistir a las ceremonias por el 60 aniversario de la creación del estado israelí e impulsar a las dos partes a alcanzar un acuerdo de paz, que espera se concrete antes del fin de su mandato en enero de 2009.
El Presidente estadounidense se reunirá con Mahmud Abas y el primer ministro israelí Ehud Olmert a mediados de mayo en una cumbre en Egipto, según fuentes palestinas, aun cuando funcionarios de la Casa Blanca han indicado que Bush tiene en agenda sólo el foro económico mundial y no negociaciones de paz.
Funcionarios de Washington indicaron igualmente que el actual viaje de Rice por Medio Oriente está bajo observación.
Mientras, Bush recibirá ayer en Washington al rey Abdalá II para abordar el conflicto israelo-palestino y la crisis política en Líbano, según un comunicado de la Casa Blanca.
Un día después, Bush conversará con Abas en el marco de los esfuerzos estadounidenses «para trabajar a la vez con los palestinos y los israelíes, así como con otros países de la región, con la meta de conseguir un estado palestino que conviva con Israel en paz y seguridad», según un portavoz del presidente.
Estos encuentros se inscriben en los esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos para revivir el tambaleante proceso de paz, tras haber sido sede de una conferencia en noviembre de 2007 en la que Israel y los palestinos acordaron retomar las negociaciones, aunque sin mucho progreso posterior.
En privado, funcionarios estadounidenses minimizan la importancia del viaje de Bush en mayo, al aclarar que no se espera una cumbre oficial sobre el proceso de paz y que la visita es sólo por las seis décadas de existencia de Israel.
Por otra parte, la Casa Blanca ha recibido críticas por el reciente viaje del ex presidente Jimmy Carter, quien tras reunirse con el jefe en el exilio de Hamas, Jaled Mechaal, aseveró el lunes en Jerusalén que el movimiento islamista palestino podría reconocer a Israel bajo ciertas condiciones.
No obstante, el líder en el exilio corrigió a Carter: «Aceptamos un Estado palestino en las fronteras del 4 de junio de 1967 con Jerusalén como capital, un Estado soberano sin las colonias (israelíes), con el derecho a regresar de los refugiados palestinos, pero sin el reconocimiento de Israel».
La portavoz de la Casa Blanca Dana Perino dijo que Washington toma las palabras de Carter «con pinzas. Observamos las declaraciones y los hechos. Los hechos dicen más que las palabras». Reiteró que la reunión de Carter fue «de carácter privado» y con «una organización terrorista».
El encuentro del ex mandatario con el Hamas puso el foco sobre el grupo radical islamista, uno de los grandes dolores de cabeza del gobierno de Bush, que además controla la franja de Gaza tras desalojar de la zona a las fuerzas adeptas a Abas.
Estados Unidos cree que un estado palestino debe comprender Gaza y Cisjordania pero rehúsa dialogar con Hamas.