Bush dirá adiós a la Casa Blanca, pero no a Irak


Las tropas estadounidenses en Irak sumarán a fines de año al menos cien mil efectivos desplegados para una guerra que no verá una eventual conclusión durante la presidencia de quien la declaró, George W. Bush, y será heredada por el próximo jefe de la Casa Blanca.


Esta es la conclusión que se saca de una semana en la cual la ocupación en Irak -tras cinco años de guerra- volvió a dominar la actualidad estadounidense, que la habí­a relegado ante los temores de recesión económica en Estados Unidos.

Las decisiones anunciadas por Bush tras las extensas audiencias de los jerarcas militares y civiles estadounidenses en Irak no sorprendieron a nadie, después de la intensa preparación a la que habí­a sometido a sus compatriotas, que se mantienen mayoritariamente opuestos a la guerra.

Los anuncios dieron lugar al cuestionamiento que ya se ha vuelto clásico en Estados Unidos cuando se trata del tema Irak: si esta guerra vale la pena y hasta cuándo durará.

El asunto está en el centro de los grandes enfrentamientos de la campaña presidencial con vistas a las elecciones de noviembre.

«Esta guerra es difí­cil, pero no interminable», aseguró Bush.

No obstante, su decisión de congelar después de julio la reducción de los efectivos, que incluye la repatriación de cinco brigadas militares, llevará el número de soldados desplegados en Irak a no menos de 140.000 para el otoño boreal, apenas unos meses antes de despedirse de la Casa Blanca.

El comandante de las tropas estadounidenses en Irak, general David Petraeus, «tendrá todo el tiempo que necesite» para estudiar cómo evoluciona la situación luego de esas reducciones de efectivos, y analizar la posibilidad de nuevas retiradas luego de un periodo de «consolidación» y «evaluación».

En una entrevista con la cadena ABC, Bush no descartó que para cuando deje la presidencia en enero de 2009 el número de soldados en Irak sea 140.000, pero se negó a especular con que sean solo 100.000 para no «generar falsas expectativas».

Sin embargo, dijo que espera poder concretar la repatriación de más brigadas.

Actualmente hay cerca de 158.000 militares estadounidenses en Irak.

El mandatario también aseguró que «las perspectivas de éxito» en Irak se «reavivaron» y que no es momento para descansarse puesto que los progresos alcanzados son frágiles.

Ahora Bush se muestra preocupado por dejarle a su sucesor un Irak en la mejor situación posible.

«Cualquier presidente aspira a dejar un marco, una estructura instalada para el próximo presidente, cualquiera sea su partido polí­tico, para que pueda tratar los asuntos de seguridad nacional que le toque enfrentar», dijo a ABC.

También aseguró que las elecciones de noviembre no influirán en su decisión con respecto a eventuales nuevas retiradas de tropas. El plazo de 45 dí­as de «evaluación» estimados necesarios por el general Petraeus coincide casi con la fecha en que los estadounidenses irán a las urnas, y un anuncio de nuevas repatriaciones de soldados podrí­a tener un buen rédito polí­tico para el candidato republicano, John McCain.