El rechazo de la política hacia Irak del presidente George W. Bush por parte de un número creciente de congresistas de su partido, inquieta a la Casa Blanca, que se esfuerza en minimizar las críticas y desplegar un contraataque.
Mientras los líderes de su partido Republicano en el Senado y en la Cámara de Representantes mantienen la línea y respaldan el plan de Bush, republicanos de las bases en ambas cámaras del Congreso están rompiendo filas y lanzan críticas abiertas.
«En esta etapa tardía, agregar más tropas de jóvenes estadounidenses al fuego cruzado de la guerra civil iraquí es simplemente un enfoque errado», dijo el representante republicano Ric Keller la semana pasada.
«No vamos a tratar de resolver el problema político iraquí con una solución militar estadounidense», subrayó Keller. «La solución no es perder incluso más vidas y gastar más dinero», agregó.
Bush buscará detener la sedición en su discurso anual del estado de la Unión el martes y revertir el deterioro en la opinión pública de su manejo de la guerra que ya casi cumple 4 años.
Y la Casa Blanca ha invitado a conversar a legisladores del partido republicano que estén «al menos escépticos» de la decisión del presidente Bush de enviar 21.500 soldados adicionales a Irak para contrarrestar la rampante violencia sectaria, indicó el portavoz Tony Snow.
Como un signo del candente clima político, Snow rehusó dar detalles acerca de las reuniones, cuáles congresistas asistieron, o de qué se habló, e inclusive bromeó: «Ni siquiera les diré si el café estaba caliente».
Snow insinuó que cualquier crítica a la estrategia para Irak demostraría divisiones y debilidad, alentando a los enemigos de Estados Unidos, descorazonando a los aliados y mermando la confianza iraquí en su gobierno en este momento crucial.
Los más duros ataques a Bush por aumentar las tropas en Irak vinieron del Senado, donde dos republicanos se alinearon detrás de un punzante proyecto de resolución, presentado el miércoles y respaldado principalmente por los demócratas.
«Poner más tropas estadounidenses en el medio de una clara guerra civil sectaria no creo que sea sabio, no creo que sea responsable. No arreglará el problema», dijo el republicano Chuck Hagel a la televisora Fox.
La resolución declara que el plan de Bush no comulga «con el interés nacional» y exige una «agenda apropiada expedita» para transferir la responsabilidad de la seguridad iraquí al gobierno de ese país.
También busca un proceso de reconciliación y paz en Irak respaldado internacionalmente.
«En Irak hoy hay anarquía. Tenemos una guerra civil. Y vemos que las víctimas se incrementan. Y algunos creemos -yo creo- que poner más tropas estadounidenses en el medio no resolverá el problema. Lo empeorará», dijo Hagel a Fox.
Hagel y la senadora republicana Olympia Snowe respaldaron la resolución no vinculante. Al menos otros cinco senadores republicanos han expresado públicamente sus profundas reservas con los planes de Bush, pero se abstuvieron de respaldar el texto.
Otros legisladores también presentaron el miércoles un proyecto que pide al Congreso aprobar financiamiento para las tropas adicionales, y aún otros presentaron un texto que exige una retirada total de Estados Unidos de Irak.
Los demócratas tomaron el control del Congreso el 4 de enero por primera vez en 12 años, luego de triunfar en las elecciones de noviembre, sobre todo por el repudio popular a la guerra en Irak.