Guatemala, como la mayoría de países en el mundo, sigue siendo dependiente de los combustibles fósiles y sus derivados, indispensables para mantener encendidos los motores de las economías del superdesarrollo, en vías de desarrollo o subdesarrolladas.
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Los biocombustibles, los desechos sólidos, el viento, el agua o el sol, siguen siendo alternativas potenciales para producir energía, recursos que podrían minimizar riesgos para el medio ambiente y ser un atractivo para la economía que transcurre en el siglo XXI.
Durante el final de la Converciencia 2008, organizada e impulsada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYT) en el país, participó Walter Mérida, científico guatemalteco, especialista en el cambio climático, quien vive y trabaja en Vancouver, Canadá.
Mérida indica que los sistemas de energía tradicionales a base de combustibles fósiles, siguen teniendo efectos inminentes, drásticos y potencialmente irreversibles para el ser humano y el planeta, mostrados en la mala calidad del aire urbano que al final afecta la salud humana y la economía.
Solo ahora que el petróleo ha alcanzado precios elevados, los ojos vuelven a mirar a los potenciales nichos hidrológicos y de biocombustibles, en los cuales Guatemala es un candidato potencial, afirma Walter Mérida.
En biocombustibles se puede explotar la producción de etanol a base de caña de azúcar, que es más eficiente que el maíz, y además es reductor de la emisión de gases de efecto invernadero; otra investigación de frontera actual es la producción de etanol celulósico y de algas marinas, repasa.
Nuestra realidad
Por las condiciones de la región, clima y biodiversidad, el país ofrece grandes expectativas que no están siendo aprovechadas, por falta de capital humano y la limitación económica que no permite el salto a otras soluciones energéticas, repasan los expertos.
Ivan Arévalo, diputado por Totonicapán explica que el viento es una de las condiciones climáticas que caracteriza a ese departamento, presenta alternativa para producir energía, en puntos estratégicos como San Francisco El Alto y en la cumbre conocida como Alaska.
Sin embargo, faltan estudios técnicos y científicos, que le corresponde hacer a los ministerios respectivos, antes de ser presentados a la población y también promover las consultas, porque la imposición entorpece los proyectos y no garantizan el éxito, opina.
Geotermia
Armando Paniagua, representante de Quetzaltenango, explica que Zunil es el municipio que cuenta con una planta geotérmica generadora de energía, a base de vapor natural. También funcionan dos hidroeléctricas, sin embargo la población no está obteniendo suficientes beneficios por esa explotación.
Los operadores de esas plantas, venden a El Salvador y México, la energía producida en Zunil, que limita a varias aldeas y caseríos cercanos a Zunil, que cuentan con mínima capacidad de energía eléctrica y en esa circunstancia está el municipio de Quetzaltenango, donde no se instalan más industrias, por carecer de potencial energético, asegura el diputado Paniagua.
El proyecto cercano es la construcción de una hidroeléctrica entre comunidades, para aprovechar el caudal del río Samalá y Xequijel, con ello se podrá beneficiar a las poblaciones de Zunil, El Palmar y Cantel, quienes podrían explotar directamente ese recurso, explica.
Microclimas
Carlos Yat Sierra, representante del distrito, de Alta Verapaz, comenta que ese norteño departamento del país, sigue siendo potencial generador de energía hidroeléctrica, sin embargo grupos manipulados por grupos sin rostro, se oponen limitando así el interés colectivo por uno particular.
Un proyecto potencial y de desarrollo, sigue siendo la hidroeléctrica Xalalá, encaminada y ubicada en el río Chixoy, colindante con El Quiché, pero tiene objeción de las comunidades, donde ya se evaluó que no les va a afectar el embalse, lamentablemente siguen siendo manejados para mostrar oposición, recuenta Yat Sierra.
El otro proyecto alternativo, ya funcionando, con miras a producir azúcar y etanol, es el cultivo de seis mil hectáreas de caña de azúcar en el valle del río Polochic, en la zona de Panzós, donde es positivo por la generación de empleo y otro porcentaje de desarrollo que suma el departamento.
Otra idea es el potencial cultivo de piñón, plantación que no requiere suelos fértiles, es productora de aceite que puede servir para la producción de biodiesel, explica.
El área potencial para ese cultivo, está localizada al norte en los municipios de Lanquín, Cahabón, Chahal, Fray Bartolomé de las Casas y Chisec, caracterizados por tener suelos del tipo petenero, con escasa capa de humus y porque son poblaciones con marcada pobreza, necesitados de fuentes de trabajo e ingresos económicos, explica el diputado.
Piñón
Ronnie Danilo Escobar, presidente de la comisión de ambiente, ecología y recursos naturales, explica que preparan la iniciativa de ley para la siembra masiva de la Jatropa mejor conocida como piñón, materia prima para la producción de biodiesel.
Advierte que están en contra de pelear con la cadena alimenticia, por ello tratan de rechazar el fomento al cultivo de maíz, caña de azúcar o palma africana para producir etanol o biodiesel. Se pretende legislar el cultivo del piñón, porque no compite con la cadena alimenticia, dice.
Ese cultivo no necesita agua ni mayores cuidados del agricultor, para obtener el fruto. Los canales secos localizados en el oriente del país, donde es imposible el cultivo de maíz y frijol, son los terrenos óptimos que podrían ser aprovechados, indica el parlamentario.
La producción de energía alternativa, está al alcance de la mano, pero hace falta el interés del Estado y sus instituciones para lograr el impulso. En gran escala los pantanos y basureros también producen gas metano, que puede ser aprovechado.
Aunque todo lo anotado y propuesto, requiere estudio, investigación e inversión monetaria suficientes, solo basta dar el siguiente paso, requieren los especialistas.