El gobierno del presidente Barack Obama ha difundido una propuesta para reabrir las carreteras estadounidenses a los camiones mexicanos, lo que representaría el primer paso en un intento por resolver una vieja disputa comercial.
El Departamento del Transporte divulgó ayer la propuesta, descrita como un documento de conceptos preliminares, después de mostrarla a miembros del Congreso.
El documento esboza condiciones que los camiones mexicanos usados para largos trayectos tendrían que cumplir, incluida una inspección de seguridad, cumplimiento de estándares de contaminación y revisiones de antecedentes de los conductores.
Las compañías transportistas y los camioneros estadounidenses se oponen a dar a las empresas mexicanas el acceso al mercado nacional. Señalan que los camiones mexicanos no tienen que cumplir requisitos de seguridad tan estrictos como sus pares estadounidenses, lo que les da una ventaja económica.
«Estoy profundamente decepcionado por esta propuesta», dijo en un comunicado Jim Hoffa, presidente general de la Hermanadad Internacional de Camioneros. «Â¿Por qué propondría el Departamento del Transporte amenazar los empleos de los conductores y trabajadores de bodegas de Estados Unidos cuando el desempleo es tan alto? ¿Y por qué lo haríamos cuando la violencia de bandas de narcotraficantes a lo largo de la frontera sencillamente está empeorando?», preguntó el líder sindical.
México ha protestado por la falta de acceso y la considera una infracción del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC o NAFTA).
En marzo del 2009, después de que el Congreso se negó a renovar un programa piloto que permitía a un número limitado de empresas camioneras mexicanas realizar transporte de carga más allá de las 25 millas (40 kilómetros) de zona comercial dentro de Estados Unidos, México impuso aranceles más altos a 89 productos estadounidenses. En agosto, México agregó nuevos productos a la lista después de que Estados Unidos fracasó en presentar una propuesta para resolver el asunto camionero.
La senadora María Cantwell, del estado de Washington, señaló que los productores de papa, manzana y pera de su estado han resultado particularmente dañados.
«Dependemos de que el gobierno trabaje rápida y vigorosamente para convencer a México de que retire las barreras que está imponiendo a nuestras exportaciones agrícolas», dijo Cantwell en respuesta a la propuesta.
Durante una conferencia de prensa en la Ciudad de México, el embajador mexicano en Washington, Arturo Sarukhán, dijo que no podía confirmar de inmediato si México había aceptado la propuesta o si retiraría los aranceles, pues debe estudiar todavía el programa piloto.
«Llevamos 16 años sin que el gobierno de los Estados Unidos los cumpla (los apartados del TLCAN), por razones que tienen que ver con política interna, y los intereses de un grupo muy particular sindical que esta opuesto desde el principio al acceso de transportistas mexicanos», señaló Sarukhán.