Gates llegó a Irak procedente de Jordania, con el objetivo de intentar acercar a árabes y kurdos, que se disputan el control de zonas limítrofes de la región autónoma del Kurdistán ricas en petróleo, según un alto responsable del ministerio de Defensa.
«Nosotros decimos a todos los sectores involucrados que tienen que aprovechar esta oportunidad política entre ahora y fines de 2011», dijo este funcionario a los periodistas antes de que Gates llegara a una base norteamericana en Tallil, al sur de Bagdad.
Las tres provincias que forman el Kurdistán representan 40 mil km2, pero las fuerzas kurdas, luego de la invasión dirigida por Estados Unidos en 2003, extendieron su presencia a 75.000 km2 tomando el control de una parte de las provincias de Kirkuk, Nínive y Diyala.
Gates, que se reunirá el martes en Bagdad con el primer ministro iraquí Nuri al Maliki, según la oficina del jefe de gobierno, también viajará al Kurdistán durante esta visita de dos días.
También realizará una misión de evaluación sobre las nuevas reglas de combate de las fuerzas norteamericanas en Irak después de su repliegue de las ciudades de este país el 30 de junio, la primera etapa de la retirada total, precisó este responsable.
Ahora los 128.000 soldados norteamericanos tienen un papel de apoyo y asesoramiento de las fuerzas iraquíes, responsables de la seguridad de las ciudades.
Durante una reunión con soldados, Gates indicó que llegó para hablar fundamentalmente de «la próxima etapa» de la misión norteamericana en el país.
También tiene intenciones de examinar con el gobierno iraquí eventuales suministros de armamento, sobre todo de aviones de combate F-16, que Irak necesita para incrementar su capacidad de defensa en previsión de la retirada estadounidense.
Dejando de lado algunos helicópteros, el ejército iraquí no tiene una flota aérea y debe apoyarse en las fuerzas norteamericanas para llevar a cabo operaciones importantes contra los insurgentes, cuyos ataques disminuyeron considerablemente en el país.
El gobierno de Estados Unidos está preocupado por la falta de progreso en los conflictos políticos que enfrentan a las comunidades iraquíes, y especialmente por el relativo al Kurdistán, que amenaza convertirse en un enfrentamiento armado.
Estados Unidos considera que «las partes deben tener un enfoque, tanto en las palabras como en los actos, que los comprometa en un proceso político pacífico», agregó el responsable norteamericano.
Esta fuente agregó que los kurdos, aliados de los norteamericanos desde la primera guerra del Golfo en 1991, tienen mucho interés en aprovechar la presencia estadounidense para llegar a un acuerdo sobre las zonas disputadas, incluyendo la ciudad petrolera de Kirkuk, y sobre un acuerdo para la repartición de los recursos petroleros.
La visita de Gates al Kurdistán tiene lugar tres días después de los comicios legislativos y presidenciales en esa región autónoma, cuyos resultados oficiales todavía no fueron publicados.