Alertados por una crisis financiera que no da respiro a Estados Unidos y Europa, los países sudamericanos se reunieron hoy en la capital argentina para acordar medidas para protegerse de los ataques especulativos y mejorar la integración comercial y productiva de la región.
Los ministros de Economía y titulares de los bancos centrales de los 12 países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) intentarán colocar los pilares de una arquitectura financiera que garantice su solvencia frente a la inestabilidad de los mercados internacionales.
Los temores de los gobiernos de la región afloraron nuevamente ante la crisis financiera de los países desarrollados que amenaza con convertirse en una recesión que podría terminar golpeando a Sudamérica, que goza de estabilidad.
Aunque algunas naciones han señalado que están en condiciones de hacer frente a los embates del exterior, prevalece en la región la certeza de que es necesario trazar un plan de acción para protegerse de forma preventiva y coordinada.
El ministro de Economía argentino, Amado Boudou, señaló que el bloque apostará a una profundización de la integración financiera y productiva como respuesta a la crisis internacional.
«La crisis nos obliga a redoblar el esfuerzo y la reunión de hoy significa que vamos seguir trabajando juntos», dijo Boudou a periodistas antes del inicio de la reunión de ministros del bloque integrado por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guayana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Agregó que «hoy el mundo está en crisis…. y a nosotros nos agarra muy bien plantados».
En tanto, el presidente del Banco Central de Ecuador, Diego Borja, indicó a periodistas que «América del Sur tiene la obligación de plantear una salida real a una crisis provocada en el norte y que éste no puede manejar porque ha sucumbido a los capitales especulativos».
Borja agregó que Ecuador pondrá «en la agenda de discusión» la necesidad de que tomen impulso y lo más rápidamente posible «el Banco del Sur, un fondo común de reservas y el sistema de compensación regional en monedas locales».
Argentina también propone coordinar la administración de las reservas en dólares que tienen los países sudamericanos para evitar ataques especulativos contra sus monedas. Latinoamérica se asienta sobre unos 700.000 millones de dólares en reservas internacionales, de las cuales más de 500.000 pertenecen a los miembros de Unasur.
El Fondo Latinoamericano de Reservas sería uno de los instrumentos que se reforzarían para blindar financieramente a los países que sufran embates desde el exterior.
Al respecto, Borja dijo que «más allá del monto» de ese fondo, «lo importante es el sistema de gestión, el objetivo es usar las reservas enormes que tiene América Latina en el ahorro nacional para movilizar inversión local».
Capitales especulativos que no tienen rendimiento en Europa y Estados Unidos comenzaron a llegar a países de Unasur y otros de Latinoamérica con economías estables o en crecimiento –como Brasil– lo que conllevó la revalorización de sus monedas.
Los ministros evaluarían cómo restringir la compra de títulos de deuda soberana por parte de fondos no regulados. Ecuador, con una economía dolarizada, y Perú son dos de los países con mayor vulnerabilidad financiera, según analistas.
Además los funcionarios pretenden agilizar las exportaciones e importaciones en el seno de la Unasur y el uso de monedas locales en las transacciones comerciales. El comercio intrarregional en Sudamérica es de 120.000 millones de dólares, según indicó el viceministro de Economía argentino, Roberto Feletti.
El titular del banco central ecuatoriano señaló que «de hecho ya funciona con Ecuador, Venezuela y Bolivia… donde utilizamos ya una moneda común para intercambios que es el sistema único de compensación regional (de pagos) sucre».
«Pensamos que este uso que le estamos dando… se podría generalizar al resto de la región», afirmó.
Los ministros también buscarían fortalecer instituciones financieras como la Corporación Andina de Fomento (CAF) y avanzar en la constitución del Banco del Sur para contrarrestar posibles ataques externos en contra de los mercados de capitales sudamericanos.
La puesta en funcionamiento del Banco del Sur, creado hace cuatro años e integrado por Argentina, Brasil, Venezuela, Uruguay, Ecuador, Perú y Bolivia, requiere de aprobación parlamentaria.
Borja dijo que su puesta en marcha «es un objetivo inmediato».
«Planteamos un mecanismo inmediato que es la constitución de fondos que posteriormente, cuando el banco ya esté en funcionamiento, se los inscribiría dentro, aunque pueden entrar a funcionar hoy».
Borja también subrayó la necesidad de crear nuevas instituciones en Unasur que se adecuen a la situación de crisis.
Boudou coincidió y dijo que es necesario «trabajar en instituciones para Sudamérica porque las instituciones globales… han buscado una sola visión de la economía mundial, como ha pasado con el Fondo Monetario, y eso no ha sido bueno».
Agregó que «hoy ya no nos pueden imponer políticas y eso es otra cosa importante para nuestros pueblos».
Otro de los objetivos de la reunión es evitar la entrada masiva de productos provenientes de China y el sudeste asiático, que buscarían otros mercados para colocar sus manufacturas si la crisis se profundiza en el mundo desarrollado.
Los países de Unasur procurarán además identificar sectores productivos con potencialidad de complementación. Según Boudou, la idea es «integrar las cadenas de valor» y generar puestos de trabajo con valor agregado.