Los conservacionistas son optimistas de que recuperarán la mayoría en la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que en mayo se reúne en Alaska, luego que Japón lograra en 2006 aprobar una normalización de la caza de cetáceos, aunque no consiguió levantar la moratoria.
Miguel Iñiguez, presidente de la Fundación Cethus y comisionado alterno por Argentina ante la CBI, dijo a la AFP tener expectativas de que el bloque conservacionista recupere la mayoría, porque hubo nuevas incorporaciones al organismo, como la de Costa Rica, y «hubo países que cambiaron de posición».
Destacó que el bloque latinoamericano, que integran México, Nicaragua, «creemos que Guatemala», Panamá, Costa Rica, Brasil, Argentina, Chile y Perú, «siempre ha trabajado mucho en lo que es consolidar el uso no letal de los cetáceos, especialmente en los últimos años».
Asimismo, la declaración de Buenos Aires, que a fines de 2005 y de 2006 apoyó el turismo de observación y la investigación científica no letal de cetáceos al tiempo que reclamó que «se garantice la existencia de áreas exentas de caza en el hemisferio sur», fue rubricada por otros países de la región que no participan en la CBI.
Ellos son República Dominicana, Ecuador, Colombia, Uruguay y Venezuela.
Tatiana Calderón, representante del Ministerio de Turismo de Ecuador, dijo a la AFP que su país participará como observador en la reunión de Alaska y que «ya existe una propuesta del Estado para reingresar a la CBI».
Uruguay, en tanto, está evaluando su reingreso, para lo cual debe abonar una deuda y ponerse al día con los aportes al organismo.
«Nos dormimos» y la victoria diplomática nipona en el encuentro realizado el año pasado en St. Kitts y Nevis «sirvió para despertar de ese letargo», dijo Iñiguez al margen del 2do Taller Internacional de uso no letal de cetáceos, que se realiza en La Pedrera, este de Uruguay.
«El bloque conservacionista en general, al mantener durante muchos años la mayoría simple, siempre se mantenía muy calmo, hasta el año pasado, cuando ganó el proceso de normalización», señaló.
No obstante, Japón no logró el levantamiento de la moratoria para la caza de ballenas que se aplica desde 1986 porque requiere de una mayoría especial.
Pese a que la CBI prohíbe la caza comercial de ballenas, establece cuotas de captura en el marco de la permitida caza científica. Pero «lamentablemente eso no se cumple», señaló Iñiguez.
«También hay objeciones a la moratoria. La CBI en ese sentido se ha quedado en la historia» y «es un organismo (creado en 1946 e integrado por más de 70 países) que necesita una modernización», afirmó.
«De nuestro lado, el último gran triunfo fue la implementación de la moratoria» en 1986, dijo Iñiguez.
La propuesta de normalización de Japón implicaba «volver a la esencia de la CBI, al año 46, dejando de lado todas las incorporaciones de conservación que fueron haciéndose con el correr de los años».
«El bloque conservacionista no acepta eso (…) porque en estos 60 años que nos separan de la creación (de la CBI) han pasado muchas cosas», señaló.
«La situación hoy de los cetáceos o del conocimiento que hay sobre ellos no es el mismo que había en el año ’46» porque «en esa época no había planteos de colisiones con embarcaciones, cambios climáticos, sobreexplotación del recurso pesquero, cosas que (…) hoy tenemos que tenerlas en cuenta», consideró.