La Asociación Pro Búsqueda de los Niños y Niñas Desaparecidos (Pro-búsqueda) intenta dar con el paradero de 459 infantes desaparecidos durante la guerra civil (1981-1992), luego de 13 años de existencia en los que ha logrado ubicar a 331 personas.
«En ya casi trece años de trabajo, hemos logrado localizar 331 casos de niñas y niños, pero lamentablemente de ese total logramos documentar el caso de 41 niños fallecidos a consecuencia de la desaparición», declaró a la AFP el gerente de Pro-búsqueda Mario Sánchez.
Los niños, hijos de guerrilleros -en su mayoría- desaparecieron en el marco de operativos de tierra arrasada, lanzados por el Ejército en zonas rebeldes y en algunos casos los militares, tras aducir que «los rescataban», se los llevaron a sus casas o fueron entregados a la Cruz Roja que luego los remitió a orfanatos.
Desde los hospicios, según Pro-búsqueda, muchos de los niños fueron dados en «irregulares» adopciones que tenían «fines lucrativos».
«Fue una mafia desalmada, que tenía como fin sacar lucro con ese grave delito que es la desaparición», enfatizó Sánchez.
En esa red «silenciosa» de tráfico de menores están involucrados militares, abogados y algunos funcionarios que permanecen en la impunidad, debido a que en 1993 una ley de amnistía perdonó las atrocidades cometidas en el marco de la guerra civil.
Empero, en al menos dos casos y ante el sistema interamericano de Justicia, el ente humanitario obtuvo resoluciones favorables al lograr sentar en el banquillo de los acusados al Estado salvadoreño.
Los niños que se reencontraron con sus familiares fueron ubicados en territorio salvadoreño y en países como Estados Unidos, Francia, Bélgica, Inglaterra, España, Holanda, Italia, Honduras y Guatemala.
La «mayor satisfacción» para el personal del ente humanitario, según Sánchez, es haber propiciado el reencuentro de 200 jóvenes con sus padres o familiares cercanos que sobrevivieron a la guerra que dejó un saldo de 75.000 muertos.
«Cada reencuentro es un triunfo para los familiares y es una manera de renovar la esperanza para los que aún no los han encontrado, porque es un signo de que si los niños sobrevivieron se pueden encontrar», enfatizó el gerente del organismo.
Como desafío en el tiempo, la organización humanitaria tiene la búsqueda de 459 niños y los nuevos casos que llegan en un promedio de 20 por año.
«A 13 años de existencia y sin mucho alarde, con satisfacción podemos decir que hemos logrado construir el primer banco de perfiles genéticos con 780 personas, de familiares y de jóvenes que buscan sus parientes», señaló el gerente de Pro-búsqueda.
A un costo de 500.000 dólares, el banco genético fue construido con el respaldo de Médicos por los Derechos Humanos, de Boston, una organización humanitaria de Los Angeles y un equipo de voluntarios del departamento de Justicia del Estado de California, en Estados Unidos.
La mayor aspiración de Pro-búsqueda es poder integrar una comisión interinstitucional con entidades del Estado para seguir con la tarea humanitaria.
Pro-búsqueda, fundada el 26 de agosto de 1994 por el extinto sacerdote español Jon Cortina, inició el paciente trabajo a partir de las numerosas denuncias que recibió en distintas comunidades del norteño departamento de Chalatenango, escenario del conflicto armado.
El ente humanitario prepara diferentes actos para celebrar el aniversario el 26 de agosto.