El gobierno estadounidense desea obtener software que le permita analizar el tránsito de mensajes que circula por las redes de socialización por internet para detectar desde amenazas y conjuras terroristas, hasta levantamientos en el extranjero, según la información colgada en la internet por los organismos policiales y de espionaje.
Centenares de analistas de inteligencia examinan ya los mensajes de ultramar en Twitter y Facebook para vigilar acontecimientos como la revolución en el mundo árabe. Empero, en una «petición de información» cursada oficialmente, el FBI describió recientemente su deseo de contar con un programa digital para vigilar el universo entero de medios sociales, mucho más de lo que podría atender un ser humano.
El Departamento de Defensa y la Oficina del Director Nacional de Inteligencia han solicitado igualmente al sector privado métodos para automatizar el proceso de identificar las amenazas emergentes en los correos y mensajes que millones de personas intercambian cada día en todo el mundo.
«Los medios sociales de comunicación han pasado a ser el primer método de comunicación sobre una crisis, adelantándose a los servicios de emergencia como policía, bomberos, rescatistas y periodistas», escribió el FBI en su petición. «Los medios sociales de comunicación rivalizan con los servicios telefónicos de emergencia (911) en las respuestas a una crisis y su cobertura».
La propuesta ha desatado ya temores sobre la privacidad entre los activistas, preocupados porque dicha vigilancia podría disuadir a los usuarios. Ginger McCall, director del proyecto gobierno transparente del Centro para la Privacidad de la Información Electrónica, con sede en Washington, dijo que al FBI no le corresponde vigilar la legítima libertad de expresión sin un objetivo policial específico y concreto.
«Cada vez que haya que preocuparse porque el gobierno federal nos siga y vigile lo que decimos, afectará la forma de hablar y la forma de actuar de uno», dijo McCall.
El FBI dijo en una declaración enviada a The Associated Press que su propuesta sólo intenta vigilar información de dominio público y no será centrada en individuos concretos o grupos, sino en palabras relacionadas con actividades delictivas.