Parece una propuesta simple: lagos, ríos y aguas costeras han comenzado a llenarse de peces y crustáceos originarios de otras partes del mundo y muchas de estas especies podrían ser fuente de alimento. Así pues, ¿por qué no controlar estas especies invasoras impulsando a la gente a que las coma?
La idea ganó fuerza con el pez león, que ha invadido el Golfo de México, se ha comercializado perfectamente en restaurantes y su número ha declinado hoy día.
Sin embargo, negocios y científicos han tenido dificultades para repetir este aparente triunfo con otras especies invasoras. Algunas, como la carpa asiática, no son apetecibles a los estadounidenses.
Otras, como el potamoquero cimarrón, se reproducen con tanta rapidez que no su número no se afecta al ritmo del consumo actual. Después se presenta la interrogante de si su inserción en la gastronomía podría socavar el objetivo mayor de eliminarlas.
«Convertir en alimento a las especies invasoras tiene sus complicaciones», dijo Laura Huffman, directora del grupo Nature Conservancy en Texas. Como sea, todavía puede ser «una manera de conseguir que la gente participe en el tema y en la solución».
El pez león es una especie que vive en agua salada, tiene rayas y lo rodean espinas venenosas. Es originario del indo-pacífico y se le detectó por primera vez hace más de 10 años en el Golfo de México y frente a costas del este de Estados Unidos.
Estos peces son depredadores hábiles que dañan los arrecifes y devoran a los peces autóctonos, y sólo se los comen los tiburones o mismos peces león más grandes.
La gente pronto se dio cuenta que debajo de la piel con espinas del pez león hay una carne grasosa, freíble, perfecta para preparar ceviche y tacos o para consumirla en lugar de langosta.
Después de algunos años de intensa pesca y grandes ventas de filete de pez león se ha logrado reducir la población de esta especie.
Sin embargo, han sido muchos menos eficaces los esfuerzos para hacer lo mismo con el potamoquero cimarrón, la carpa asiática y la zarzamora himalaya.
Los daños causados por las especies invasoras no son solamente ambientales. En un estudio de la Universidad de Cornell se ha concluido que estas especies causaron perjuicios económicos por más de 120.000 millones de dólares.
Los potamoqueros cimarrones causan sólo en Texas daños por 52 millones de dólares anuales a la agricultura, según un estudio de la Universidad Texas A&M.
La carpa asiática fue introducida hace unos 30 años en Estados Unidos.
Esta especie ha infestado decenas de ríos, incluido el Mississippi. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército examina diversas opciones en un intento para mantener a este pez voraz fuera de los Grandes Lagos, donde podría amenazar a otras especies marinas y a la industria de la pesca.
En China, la carpa es un manjar e incluso representó una amenaza al río Yangtze. Sin embargo, este pez ha interesado poco a los consumidores estadounidenses. Pocos norteamericanos viven de este pez y el grueso de su captura está orientado a la exportación.