El canciller de Brasil, Celso Amorín, se sumó este sábado a las gestiones del «grupo de países amigos», conformado además por Argentina y Colombia para buscar una salida a la crisis política en Bolivia, y abogó por una solución pacífica tras reunirse con el presidente Evo Morales.
«La misión es intentar buscar sobre la base de la buena voluntad, de la importancia de los intereses superiores del pueblo boliviano, maneras de encontrar soluciones que eviten conflictos, que eviten situaciones que solamente pueden traer sufrimiento para el pueblo», explicó Amorín tras la reunión en el presidencial palacio Quemado de La Paz.
El jefe de la diplomacia brasileña llegó a Bolivia con la intención de propiciar un diálogo político entre el presidente indígena y la oposición, enfrentados en torno a la nueva constitución de corte estatista impulsada por el mandatario y los estatutos autonómicos de corte liberal que defienden cinco regiones.
«Estoy aquí como parte de los países amigos. Yo estoy viniendo en la misma condición y capacidad, y por decisión del presidente Lula, para participar de ese esfuerzo de encontrar soluciones para las disputas y conflictos internos en Bolivia», matizó.
Amorín se reunió con Morales por una iniciativa del gobierno boliviano para conformar un «grupo de países amigos» en procura de un diálogo entre el oficialismo y la oposición para desactivar la crisis.
El diplomático brasileño dijo que en la búsqueda del diálogo «los intereses de todos tienen que ser respetados, tomados en cuenta dentro de una visión general, que es la visión del pueblo boliviano de cambio, pero de cambio con respeto también a las situaciones y los intereses de todas las regiones».
En estas gestiones, el canciller Jorge Taiana (Argentina) y el vicecanciller Camilo Reyes (Colombia) efectúan desde el jueves reuniones con líderes del oficialismo y la oposición para evaluar la predisposición de los actores bolivianos de participar en un proceso de consenso que permita zanjar la grave crisis que arrastra el país desde el año pasado.
Al igual que los diplomáticos argentinos y colombianos, Amorín tiene previsto reunirse el domingo con el presidente del Senado, liderado por el opositor Oscar Ortiz, y líderes cívicos de Santa Cruz (este), que convocaron para el 4 de mayo a su referendo autonómico, que el gobierno califica de ilegal y separatista.
Las gestiones brasileñas, argentinas y colombianas acudieron a complementar un primer sondeo realizado por el subsecretario de Asuntos Políticos de la OEA y ex canciller argentino, Dante Caputo, quien también se reunió el martes y miércoles con oficialistas y opositores con similares objetivos, aunque sin resultados concretos.
La Iglesia Católica, el tercer gestor del diálogo, que también busca apaciguar ambos bandos, convocó a los prefectos opositores de Santa Cruz (este), Pando (norte), Tarija (sur), Beni (noreste) y Cochabamba (centro) a una reunión el lunes para buscar un acercamiento con el Gobierno para desactivar la crisis.
No obstante, los líderes citados anticiparon que asistirán a la reunión pero que no negociarán las autonomías regionales, y que seguirán adelante de acuerdo al cronograma elaborado.
El prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, cabeza visible de la oposición, denunció que el Ejecutivo utiliza a representantes de la OEA y de los países amigos para intentar frenar el referendo convocado para el 4 de mayo, proceso que dijo no negociará en el marco de un eventual diálogo, según reseña este sábado el diario La Prensa.