Los líderes mundiales convocados en Roma por la grave crisis alimentaria que azota a numerosos países concluirán hoy tres días de debates con una declaración en la que deberán comprometerse a «luchar con todos sus medios» contra el aumento del hambre y la pobreza.
La declaración es fruto de «complejas» negociaciones entre los países y «está en vilo», según fuentes diplomáticas latinoamericanas.
Entre los temas de fricción está la propuesta de Cuba que pide que la declaración condene el «uso de alimentos como arma de presión» e invite a adoptar con urgencia «el pleno derecho de las personas a la alimentación», a lo que se opone Estados Unidos, que lo considera una suerte de denuncia al embargo que aplica desde hace décadas a la isla comunista, indicaron las mismas fuentes.
Durante las discusiones se puso de nuevo en evidencia la distancia entre las exigencias de los países del Sur del mundo, que piden el cese del proteccionismo, y «las ofertas poco generosas» de los países ricos, explicaron las mismas fuentes.
El documento deberá ser presentado en una conferencia de prensa a las nueve de la mañana (hora de Guatemala).
«Estamos optimistas, en la última fase de las negociaciones se ha encontrado un consenso, en particular sobre los biocarburantes», aseguró por su parte una fuente de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
«Hemos logrado un texto de compromiso sobre los biocarburantes, que satisface a Brasil y que reconoce que los biocarburantes representan una oportunidad y un desafío», comentó un miembro de la delegación de Colombia, segundo país productor de biocarburantes a partir de caña de azúcar y palma de aceite en la región, después de Brasil.
La pelea por los biocarburantes, acusados de contribuir a la subida espectacular de los precios de los alimentos –lo que fue tajantemente rechazado por el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva ante la cumbre–, dominó los debates.
«Es como el colesterol, hay etanol bueno y etanol malo, uno ayuda a descontaminar el planeta, el otro depende de los subsidios», explicó Lula ante la plenaria.
Otro tema de enfrentamiento entre los delegados y representantes de los 193 países miembros de la FAO han sido las políticas económicas y comerciales de importantes potencias agrícolas e industrializadas.
Los subsidios así como las restricciones a las exportaciones distorsionan el mercado, según denuncias de los países en vías de desarrollo y la organizaciones no gubernamentales.
«Europa en bloque y Estados Unidos no aceptaban que se mencionara el proteccionismo en la declaración final. Se llegará a una fórmula mínima, que hable de un comercio más equitativo», comentaron fuentes de las delegaciones.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, denunció en Roma las «políticas alimentarias que empobrecen a los vecinos» y exhortó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) a encontrar un acuerdo para liberalizar el comercio agrícola.
El fin del proteccionismo así como las restricciones recientes a la importación y exportación de alimentos, medidas aplicadas por grandes exportadores como Vietnam, India y Argentina, según Naciones Unidas están detrás del descontrol de los precios.
Los países se deberán comprometer finalmente a «luchar con todos sus medios» contra la crisis alimentaria, que afecta a unos 40 a 50 países de ífrica, Asia y el Caribe, como Haití y Nicaragua y arrastra al umbral de la desnutrición a unas 100 millones de personas más.
Con la declaración se intentará reactivar el sector agrícola mundial y convertirlo en una prioridad de la agenda internacional, después de que por años fue desatendido.
Pero la manera con la que se debe incrementar tal producción constituye uno de los puntos que dificultan la cumbre, ya que están en juego intereses enfrentados de productores, distribuidores, multinacionales y hasta especuladores financieros, como denunció la presidenta argentina Cristina Kirchner y numerosas organizaciones internacionales de campesinos reunidas en un foro paralelo.
«Sólo buenas intenciones, diálogo de sordos», escribió el diario italiano La Republica que no descarta un fracaso, aunque para el subdirector de la FAO, el español José María Sumpsi, la cumbre «abre un proceso» para que el futuro cambie.
El ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Franco Frattini, calificó hoy de «decepcionante» la declaración final de la cumbre de la FAO sobre seguridad alimentaria, pocas horas antes de que el documento sea divulgado en Roma.
«La declaración final es decepcionante con respecto a las premisas. Desafortunadamente ha sido diluida con respecto a las ambiciones iniciales», declaró a la prensa el canciller italiano.
«Es preocupante que los líderes del mundo no logren ponerse de acuerdo para evitar el despilfarro en una situación dramática y de emergencia alimentaria como la actual», agregó Frattini.
Los líderes mundiales convocados en Roma por la grave crisis alimentaria que azota a numerosos países concluyeron este jueves en Roma tres días de debates sobre la grave emergencia alimentaria que afecta numerosos países de ífrica, Asia y el Caribe.
A corto plazo
– Aumento de la ayuda alimentaria para proteger las poblaciones vulnerables, bonos de alimentos y de dinero.
– Medidas de protección social, como programas de asistencia a las mujeres y los niños.
– Favorecer la distribución de alimentos y cultivos locales para estimular la producción local.
– ONU pide a los países que otorguen ayudas sin que especifiquen los países que se deben beneficiar de manera de poder distribuirla según la urgencia.
– Reducir al mínimo las restricciones a las exportaciones, reducir temporáneamente los impuestos a la importación y el valor agregado de los alimentos e insumos.
A largo plazo
– Apoyo a los pequeños productores gracias a políticas que favorezcan las inversiones en la agricultura. La ONU apoya a los pequeños agricultores para favorecer así las economías a escala.
– Invertir en la investigación, en cultivos originales, de cereales como sorgo, millo y en tecnologías que mejoren la fertilidad de las tierras.
– Concluir las negociaciones de la Ronda de Doha: el libre mercado debería satisfacer las necesidades de todos los países y estimular la producción de los países pobres.
– Desarrollar infraestructuras y mejorar el sistema de protección social, en particular las poblaciones más necesitadas.
– Promover la investigación y el desarrollo sobre los biocombustibles, favorecer los que no son fabricados a partir de cultivos para la alimentación, revisar las subvenciones a la producción, mejorar el sistema de evaluación del impacto de los biocarburantes sobre la disponibilidad de provisiones alimentarias.