Buscan autonomí­a


Evo Morales Ayma, presidente de Bolivia, controla el balón durante un partido amistoso con un equipo de periodistas durante las celebraciones del Dí­a del Desafí­o.

Las regiones opositoras bolivianas Beni y Pando votarán mañana por sus estatutos de gobiernos autónomos, en un intento por descentralizar el Poder Ejecutivo, a pesar de que el gobierno del presidente Evo Morales considera que la consulta no tiene validez legal.


Los dos departamentos amazónicos, dedicados a las actividades forestal y ganadera, siguen los pasos de la próspera Santa Cruz para instalar gobiernos autónomos, tachados de ilegales y secesionistas por el primer mandatario, cuya plaza electoral está en los Andes bolivianos.

Beni, de unos 422.000 habitantes y con un territorio algo menor que el de Ecuador, pretente seguir los pasos de Santa Cruz, que apoyó su estatuto autonómico con el 85,6% de los votos, aunque el gobierno cuestiona la participación ciudadana que bordeó el 63% de los inscritos en el padrón electoral local.

«Estoy seguro que el «sí­» va a ganar contundentemente», afirmó al matutino La Razón el prefecto opositor de Beni, Ernesto Suárez, uno de los principales promotores de los gobiernos autónomos y fuerte crí­tico del presidente socialista.

Suárez, alineado al partido de derecha Podemos, señaló que la región que lidera aprobó en primera instancia su autonomí­a en el referendo de julio de 2006, cuando el departamento apoyó este modelo de administración pública con el 74% de los votos.

«Estamos trabajando para volver a reeditar lo que hicimos el 2 de julio del 2006, de ser el departamento con mayor porcentaje de votación a favor de la autonomí­a», afirmó al prefecto, que aspira a convertirse en gobernador.

El prefecto de derecha Leopoldo Fernández, de Pando, la otra región que irá a las urnas (de unos 74.000 habitantes), defendió el carácter democrático de la consulta.

«Nosotros creemos que va a haber una linda fiesta democrática el primero de junio», declaró a la prensa local Fernández, alineado al partido Podemos, a quien sus adversarios cuestionan el férreo control que ejerce sobre la región desde hace unos 15 años.

Mientras los lí­deres polí­ticos y cí­vicos de derecha se preparan para festejar un triunfo que creen seguro, sindicatos campesinos prooficialistas mantienen el corte de rutas desde este sábado en al menos tres comarcas en el Beni, en rechazo a la consulta.

Los bloqueos camineros se reportaron en los poblados rurales pobres de Yucumo, Rurrenabaque y Filadelfia, bolsones afines al oficialismo, sin incidentes graves y se anunciaba otros dos más para las próximas horas.

El gobierno de Morales, que consideran los afanes autonomistas como ocultos intereses para dividir Bolivia, llamó a que las legí­timas demandas por descentralizar la administración pública siga la ruta legal en una nueva Constitución.

«Debemos llegar a un pacto nacional que permita, por ejemplo, que las autonomí­as lleguen por la ví­a de la legalidad», afirmó el viceministro Héctor Arce, brazo derecho del presidente Morales, quien acotó que por tal motivo las resultados de la consulta no serán reconocidos.

Los dos referendos llegan a Bolivia, sumida en una fuerte crisis polí­tica por visiones discordantes entre el oficialismo, que apoya proyecto de Constitución, que incluye reivindicaciones tradicionales de los indí­genas, y la oposición que empuja sus gobiernos autónomos de orientación liberal.

El gobierno, por su parte, convocó referendos revocatorios de los mandatos del presidente, del vicepresidente y de nueve prefectos para el 10 de agosto, aunque pocos creen que la consulta pueda siquiera aliviar la crisis polí­tica.