Buscan al James Bond francés


Fachada de la Agencia Internacional de Espí­as del Servicio Secreto de Francia, en Parí­s. FOTO LA HORA: AP Thibault Camus

No existe un James Bond francés, pero Francia está dando un impulso renovado para tener muchos de ellos.


La dependencia francesa encargada del espionaje internacional, la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE), está reclutando a cientos de personas y recibiendo un aumento de presupuesto, a pesar de los tiempos de austeridad, para defender mejor al paí­s de amenazas como el terrorismo y la proliferación nuclear.

La versión francesa de la CIA también está puliendo su imagen, con un portavoz por primera vez y un nuevo sitio en lí­nea.

El cambio ocurre luego de la toma de rehenes en el extranjero, amenazas de bomba en la Torre Eiffel y las consecuencias de la publicación por parte de Wikileaks de mensajes diplomáticos secretos de Estados Unidos. Francia también se alista para la prohibición total de los velos islámicos que cubren el rostro de las mujeres, lo que ha irritado a los extremistas musulmanes de todo el mundo y provocado amenazas de Al-Qaeda.

Los cambios en la DGSE han tomado mucho tiempo en ocurrir y son parte de los nuevos esfuerzos de Francia para reforzar su red de espí­as como lo recomendó una amplia revisión de seguridad que se completó en 2008.

El gobierno conservador del presidente Nicolas Sarkozy se ha aferrado a las sugerencias del plan, incluso en momentos en que los organismos de inteligencia estadounidenses y británicos enfrentan recortes en medio de una crisis económica que ha apretado los bolsillos del estado en todo el mundo desarrollado.

El proyecto de presupuesto francés de 2011 le darí­a a la DGSE un alza en sus ingresos del 13%, apenas un año después de que Francia alcanzara un déficit presupuestario récord, de 7,7%. La agencia estará agregando 500 puestos en los próximos cinco años y el primer ministro recién inauguró una nueva Academia Nacional de Inteligencia.

La DGSE encaja perfectamente en el universo de los servicios de espionaje occidentales, a menudo como un aliado de la CIA o del MI6 británico. La dependencia francesa advirtió de la posibilidad de secuestros de aviones por parte de Al-Qaeda meses antes de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y ayudó a liberar rehenes en Irak y otros paí­ses.

Los agentes de la DGSE, junto con sus colegas estadounidenses y británicos, expusieron la planta de enriquecimiento nuclear de Irán en Qom. El presidente Barack Obama y sus colegas de Gran Bretaña y Francia revelaron públicamente ese descubrimiento durante una cumbre en Pittsburgh en septiembre de 2009.

Sin embargo, también hay cierta envidia en Francia hacia los agentes estadounidenses y británicos, y la cooperación no siempre ha sido fácil, según mensajes diplomáticos de Estados Unidos revelados por WikiLeaks.

Según un cable de principios de 2008, un funcionario diplomático francés dijo que los agentes de la DGSE estaban «decepcionados» de que sus homólogos estadounidenses habí­an compartido menos información secreta con los franceses, que luego se hizo pública.

La nueva cibersitio de la agencia dice que está buscando expertos en software y telecomunicaciones, ingenieros en seguridad informática y redes; «matemáticos criptógrafos», así­ como lingí¼istas, contadores, agentes de vigilancia y trabajadores del almacén.

«También estamos reclutando agentes: no del tipo de James Bond, sino hombres y mujeres jóvenes dispuestos a servir a su paí­s, a veces en condiciones extremas», dijo el nuevo portavoz de la DGSE, Nicolas Wuest-Famose, a The Associated Press.

En Francia, el arte y la importancia del espionaje no resuenan en la mente popular. Los espí­as astutos rara vez aparecen como héroes en las pelí­culas o los libros modernos.

La función del servicio es la «acción secreta. Su misión no es estar en el centro del escenario», dijo Wuest-Famose. «Pero la evolución de la sociedad debe llevarnos a abrir la DGSE», agregó.

«Incluso el observador más imparcial tiene que reconocer que institucionalmente, presupuestariamente y en términos de comunicación, está en marcha una gran evolución» en la DGSE, dijo Sebastien Laurent, un historiador de la Universidad de Burdeos que cofundó un centro de investigación de información de espionaje.

ESPAí‘A/RUSIA Expulsiones mutuas


España informó hoy que expulsó a dos diplomáticos rusos adscritos a la embajada de Madrid, una medida a la que Moscú respondió con la expulsión de otros dos funcionarios españoles, en lo más parecido a una «guerra de espí­as» entre los dos paí­ses.

La cancillerí­a retiró su acreditación a los diplomáticos rusos hace un mes por desarrollar «actividades incompatibles con su estatus», explicó un funcionario español del Ministerio de Exteriores.

Agregó que Rusia contraatacó con la expulsión de dos diplomáticos españoles, aunque no precisó cuando se produjo.

El portavoz, que habló bajo condición de anonimato, afirmó que los dos paí­ses consideraban el incidente «resuelto» y que ya trabajan en reemplazar los puestos vacantes en sus respectivas legaciones.

Según la prensa local, España habí­a intentado relegar a un segundo plano este caso para no perjudicar un ambicioso programa cultural español en Rusia durante 2011.

El diario El Paí­s afirmó que los diplomáticos rusos fueron expulsados a petición de los servicios secretos españoles, que acusaban a los funcionarios de desarrollar labores de espionaje económico en el paí­s ibérico.

La cancillerí­a ni confirmó ni desmintió esta información, mientras que la embajada rusa en Madrid declinó hacer comentarios.

En febrero pasado, un agente español de los servicios de espionaje fue condenado a 12 años de prisión por intentar vender documentos clasificados a Rusia. El Tribunal Supremo rebajó la pena a nueve años de cárcel la semana pasada.

Fue la primera condena por un delito de traición desde la muerte del dictador Francisco Franco en 1975 y el regreso de la democracia a España.