El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llegó hoy a Darfur para acelerar el proceso negociador que debe poner fin al conflicto que vive esta provincia del oeste de Sudán desde el 2003 y que ha provocado ya unos 200 mil muertos y dos millones de refugiados.
Ayer, el dirigente reconoció en la Universidad de Juba, Sudán que «durante mucho tiempo, la comunidad internacional ha asistido a este drama sin hacer nada, como un testigo impotente. Esto está cambiando».
En su estancia en la capital de Darfur, Al-Facher, Ki-moon se entrevistará con el gobernador de la región, con representantes de los miles de desplazados, así como con miembros de la sociedad civil y con jefes tradicionales.
También visitará el lugar donde se instalará el futuro cuartel general de la Minuad, una fuerza híbrida de la ONU y la Unión Africana que se desplegará en la región para lograr la paz.
Darfour, que tiene una superficie similar a la de España, vive una sangrienta guerra civil desde febrero del 2003 que ha provocado unos 200 mil muertos, según la ONU, aunque el gobierno sudanés sólo admite 9 mil.
«Espero poder finalizar el acuerdo muy pronto. Voy a intensificar el proceso de negociación política», dijo en el avión que le llevaba a Darfur el secretario general de la ONU, que está acompañado por el responsable del organismo en este tema, Jan Eliasson.
Eliasson es el encargado de llevar a cabo las conversaciones con los numerosos grupúsculos rebeldes que no firmaron el acuerdo de paz de Abuya, en mayo del 2006, que preveía una repartición del poder y de las riquezas y establecía un calendario para el desarme.
En agosto pasado, ocho grupos de rebeldes se reunieron en Arusha (Tanzania) para establecer una estrategia común de cara a una negociación con el gobierno de Jartum, que según fuentes de la ONU, podría comenzar en octubre en Tanzania.
Uno de los líderes rebeldes más influyentes, Abdulwahid Nour, boicoteó la reunión, por lo que Ki-moon le ha instado a salir de su aislamiento.
La Minuad prevé contar con 26.000 soldados en la región, lo que le convertirá en la principal fuerza de paz en el mundo. Su despliegue, que no será total hasta mediados del 2008, se decidió el 31 de julio en el Consejo de Seguridad de la ONU, a pesar de la oposición inicial del presidente sudanés Omar al-Bashir.
Ban Ki-moon aseguró que, tras la reunión que mantuvieron ambos el lunes, el presidente sudanés se ha comprometido a facilitar el despliegue de la Minuad. «No hay tiempo que perder y la cooperación del gobierno es esencial», dijo el mandatario de la ONU.
Desde su llegada a Sudán, Ki-moon ha insistido en que no puede haber «una solución militar» en Darfur.
La ONU desea que la comunidad internacional aporte ayuda financiera a Darfur en distintos ámbitos como la reconstrucción de las infraestructuras, la sanidad y, sobre todo, el agua, tan escasa en esta región desértica y uno de los principales orígenes del conflicto.
El secretario general de la ONU abandonará Sudán en la noche del miércoles y proseguirá su viaje en Chad y Libia.