Ya casi no sabe qué otro récord quebrar. Roger Federer, el hombre de las múltiples marcas brillantes, muchas de las cuales podrían perdurar por los años de los años, es consciente de que está muy cerca de lograr una cifra inolvidable, realmente histórica. Es que el suizo está a apenas dos meses de convertirse en el tenista varón con mayor cantidad de tiempo como N° 1 del ránking mundial.
La ATP creó el listado oficial el 23 de agosto de 1973 y, en más de 36 años de competencia, hoy sólo un jugador está por encima del genial Federer. Ese es el estadounidense Pete Sampras, quien lideró la clasificación durante 286 semanas, no de manera consecutiva. De hecho, el récord de semanas seguidas en la cúspide ya lo tiene -y por amplio margen- el suizo, con 237.
Este nuevo gran objetivo del talentoso Roger, de 28 años y papá de mellizas, demuestra su categoría sublime y por algo la mayoría de los colegas, del público y de la prensa ya lo considera el mejor tenista de la historia. Federer permaneció aquellas citadas 237 semanas al hilo en la cima desde que llegó al trono, el 2 de febrero de 2004, hasta que el español Rafael Nadal lo desplazó, el 18 de agosto de 2008. Es decir, que estuvo nada menos que cuatro años y medio como N° 1.
El 6 de julio de 2009, al conquistar su sexta corona de Wimbledon, el helvético volvió a apoderarse del primer puesto del ránking y ahora, en la semana del 5 de abril de 2010, suma 40 semanas seguidas, lo que le permite sumar un total de 277 como rey. Por lo tanto, le faltan 9 semanas para igualar las 286 de Sampras. Y para eso el suizo deberá continuar en la cúspide hasta el 7 de junio, es decir, dentro de dos meses, el día siguiente de la final de Roland Garros.
Para empatar al estadounidense, Federer tendrá que realizar una positiva gira europea de canchas lentas, como suele hacerlo año tras año. Si lo consigue, el lunes siguiente a la final en París igualará el récord de Sampras. Y eso casi seguramente le permitiría mantener la ventaja y la cima para, en la siguiente semana, la previa a Wimbledon, ya batir definitivamente el récord y llegar a las 287 semanas en el trono.
La ventaja que ostenta Federer sobre sus perseguidores y la media de sus actuaciones en este habitual tour sobre arcilla hacen presumir que su meta se hará realidad. Igualmente, sabe muy bien que, aún si cayera al 2° o el 3° lugar, después tendrá tiempo de sobra para intentar volver al primer puesto y conseguir esa codiciada marca.
Sin dudas que este monstruo de Basilea, que tuvo como ídolo en su infancia al alemán Boris Becker y cuyo jugador favorito fue nada menos que Sampras, ya cuenta con otros récords que lo ponen en una escala superior a todos. De hecho, acumula 16 títulos de Grand Slam, llegó a la final en 18 de los últimos 19 Mayors, obtuvo al menos uno de los cuatro grandes torneos en los ocho años recientes y arribó a las definiciones de los cuatro Grand Slam de un mismo año en tres oportunidades.
Así y todo, Federer pretende superar esa barrera que aún ostenta Sampras. Hasta aquí, el helvético se adjudicó el único Mayor de 2010, al imponerse en el Abierto de Australia. Luego sufrió una infección pulmonar y no pudo participar en Dubai. Su retorno al circuito no fue el esperado por él y ni por sus millones de fanáticos, más lejos todavía de su nivel máximo, ya que sólo ganó un partido en Indian Wells y dos en Miami.
Para semejante status, dos caídas tan prematuras significaron un duro golpe. Es cierto que perdió contra rivales de jerarquía, ambos ex top-ten, como el chipriota Marcos Baghdatis y el checo Tomas Berdych, respectivamente, pero esas derrotas lo preocuparon un poco. Igual estuvo cerca de ganar, ya que ante ellos dispuso de match-points y recién cedió en el tie-break del tercer y decisivo set.
Como decíamos, Federer ya lleva 277 semanas en la cima del planeta tenis y ya dejó atrás a dos grandes como el checo-norteamericano Ivan Lendl, con 270, y el estadounidense Jimmy Connors, con 268. Y todo hace pensar que próximamente será el más N° 1 de todos, ya que si bien debe revalidar muchos puntos, también tienen mucha presión sus principales enemigos, que son el serbio Novak Djokovic (2°) y Nadal (3°).
Federer empezó este año con 10.550 unidades, una ventaja de 1.345 sobre su escolta de por entonces, Nadal. Ahora tiene 10.765 -215 más que en el inicio de 2010- y le saca 3.135 a Djokovic, que acumula 7.630, y 3.785 al español, que regresó al podio y cuenta con 6.980. Ya más lejos aparecen el escocés Andy Murray (5.845) y el argentino Juan Martín del Potro (5.735). En primer término, hay que tener en cuenta que los jugadores defienden lo logrado en la temporada anterior en cada cita.
Pero antes de ver bien lo que hizo cada uno en 2009, reparemos en que el campeón de Roland Garros ahora se lleva 2.000 puntos y un jugador podrá embolsar 3.000 más si gana en Monte-Carlo, Roma y Madrid (cada Masters 1000 le otorga 1.000 al vencedor). A esas 5.000 unidades podrían agregarse algunos más si un tenista participa en algún otro torneo inferior durante esta gira en Europa.
El suizo debe revalidar lo conseguido el año último, que son 3.450 puntos, ya que se coronó por primera vez en el Abierto de Francia, triunfó en Madrid, hizo semis en Roma y octavos en Monte-Carlo. Este año está inscripto en Roma, Estoril y Madrid antes de ir a París y, como máximo, puede sumar 4.250. Es decir, que podría acumular 800 más a su puntaje actual. Esos son los únicos cuatro torneos que jugará en canchas lentas, las que menos prefiere, en todo 2010.
En la previa, Federer aparece con una amplia ventaja. Con la cantidad de puntos que se otorgan actualmente, logró en los cuatro años anteriores un colchón muy importante en esta tradicional gira. Si su nivel standard se mantiene, seguirá en la cima. Veamos: en 2008 consiguió 2.830, en 2007 sumó 2.890 y en 2006 obtuvo 2.400. Esos tres años fue finalista en Roland Garros, donde perdió con Nadal, igual que en semis de 2005.
Por su parte, Djokovic, que no viene firme en esta temporada, deberá intentar retener 1.900 unidades, tras su título en Belgrado, las finales de Monte-Carlo y Roma, las semis de Madrid y la escasa tercera rueda de Roland Garros. Es decir, que si ganara esos cinco certámenes sumaría 5.250 puntos, pero restando lo que defiende sacaría un saldo positivo de 3.350. Y a no olvidarse que el helvético le lleva 3.135.
Reparemos ahora en el caso de Nadal, el mejor especialista en canchas lentas en el último lustro. El español saldrá a revalidar 3.280 puntos, ya que el año pasado triunfó en Monte-Carlo, Roma y Barcelona, fue finalista en Madrid y cayó sorpresivamente en los octavos de París. Su tope puede ser de 5.500 unidades, en el caso de adjudicarse los cinco torneos, pero descontando lo que defiende su incremento máximo sería de 2.220.
¿A dónde vamos con estos cálculos? Muy simple: Federer, para no conseguir su meta, tendría que rendir realmente mal, perdiendo casi siempre en la primera rueda, para así resignar muchos puntos, a la vez que Djokovic o Nadal tendría que ganar todo, o casi todo. Además, sólo uno de ellos podría sumar muchísimo y el otro, como máximo, lo seguiría de cerca perdiendo esas finales.
Pensar que hace justo un año Federer figuraba en el 2° puesto del ránking, a 3.450 unidades de Nadal. Hoy, la situación es muy diferente y el suizo, que tanto recuerda cada duelo con sus colegas y hasta a los jueces que lo dirigieron, ya debe estar muy al tanto de este presente inmejorable en busca de la histórica marca de Sampras. Si ya no lo averiguó él mismo, su esposa o su representante, se lo habrán dicho. A él nada se le escapa. Seguramente tampoco este récord único. Se lo merece.