Definitivo, así fue el Amparo concedido por la Corte de Constitucionalidad a Aníbal Guevara y Pedro García Arrendondo eliminando así la posibilidad de que la justicia española pueda pedir su captura para enfrentar cargos por delitos de lesa humanidad y beneficiando de paso al general Efraín Ríos Montt entre otros señalados. Y para quienes todavía tenemos presente la magnitud de las atrocidades cometidas durante el conflicto armado, este ?Amparo definitivo? no puede sino resultar definitivamente desmoralizador y decepcionante, porque independientemente de lo bien fundamentada, estudiada y apegada a la Ley que esta resolución pueda estar, no podemos evitar pensar que con su emisión casi desaparecen las posibilidades de que el brazo de la justicia los alcance algún día.
Y nos resulta fácil imaginar la sonrisa de satisfacción que el genocida mayor mostrará en su rostro y hasta la burla solapada o abierta con que recibió la noticia del fallo que, sin duda, le cayó como anillo al dedo. Y también nos resulta doloroso imaginar que las víctimas de su maldad, de seguro, se revuelven en sus tumbas, fosas comunes de las que si pudiéramos, escucharíamos salir desgarradores gritos de dolor e impotencia. En la época del conflicto armado, las víctimas fueron despojadas de todo: hijos, esposas, esposos, madres, padres, hogares y hasta de la vida. Hoy el fallo de la CC amenaza con propiciar el útlimo despojo, el de la justicia que tendría que serles concedida sin miramientos.
Que si la soberanía nacional, qe si la unilateralidad de la justicia española, que si cómo guatemaltecos deben ser juzgados aquí, verdadero, pero igual de verdadero resulta ser que el brazo de la justicia guatemalteca, hasta ahora, no ha tenido el largo y la fuerza suficiente para alcanzar a quienes sin duda deben ser juzgados por delitos de lesa humanidad. Un fundamentado fallo, correcto sin duda, ¡lástima que burla urlando el General salió ganando!