Bunbury bate récord


Locuaz y entregado, Enrique Bunbury se ha convertido en el artista español, en solitario, que más público ha reunido en México, al cantar ante 90 mil espectadores en el legendario Estadio Azteca. El músico se apuntó este récord anoche, en el concierto que marcó el cierre mundial de su gira Hellville de Tour, al que asistieron 90 mil personas, lo que supone además la actuación en la que el artista ha reunido a más público.


«Quisimos que fuera en el Zócalo, no pudo ser, pero ¿no es éste el mayor estadio de futbol de todos los lugares del mundo o algo así­?», gritó el artista al poco de salir.

El Azteca, sede del capitalino equipo de futbol América, es el foro más grande del paí­s, con una capacidad máxima de hasta 120 mil espectadores, y que se reserva a los grandes de la música, entre ellos Michael Jackson, U2 y Elton John. Aunque otros artistas españoles han cantado en ese mismo estadio, entre ellos David Bisbal, las actuaciones han sido festivales con otros artistas.

Tras veinte meses de gira con casi 60 conciertos, Bunbury quiso ofrecer como final de tour un concierto gratuito a México «en agradecimiento» por el cariño que se le profesa, según ha explicado. Sólo unas pocas entradas fueron destinadas a la venta, en zonas preferentes, y aunque ofrecerá una actuación más en Cancún, la del Azteca queda como gran fin de fiesta.

El concierto

«Al pisar por primera vez el territorio mexicano me sentí­ como el Papa, que besa el suelo cuando llega a los lugares, eso fue lo primero que hice, porque de repente tuve una sensación de que yo habí­a vivido aquí­ en una vida anterior», contó al público. Bunbury, ataviado con sombrero, saltó sobre las tablas del Estadio Azteca con El club de los imposibles y, tras saludar con un «Â¡Buenas noches cabrones!», continuó con «Señorita Hermafrodita.

Lady Blue, El extranjero, El rescate y Alicia fueron algunas de las melodí­as a las que puso voz, además de recordar algunos clásicos de su antigua banda, Héroes del Silencio, como La chispa adecuada, Apuesta por el Rock & Roll y La Herida.

No faltó el homenaje a México en forma de ranchera con El hijo del pueblo, de José Alfredo Jiménez, autor de clásicos como El Rey. «Es mi orgullo haber nacido en el barrio mas humilde, alejado del bullicio y de la falsa sociedad, yo no tengo la desgracia de no ser hijo del pueblo, yo me cuento entre la gente que no tiene falsedad», entonó Bunbury.

Tras dos horas y media de canciones, el cantante volvió a cubrir el corazón que habí­a desnudado y se retiró con un «nos vemos pronto».