Bulimia


En los artí­culos anteriores hemos hecho énfasis en la anorexia nerviosa como un trastorno alimenticio. Sin embargo, hemos de considerar a otros trastornos alimenticios que pasan aún de mejor manera desapercibidos; la bulimia y el comer compulsivo.

Dra. Ana Cristina Morales Modenesi
crismodenesi@gmail.com

Todos los trastornos alimenticios tienen como elementos en común que las personas que los padecen cursan con una distorsión en su percepción de su imagen corporal. Es decir que no saben muy bien cómo luce su cuerpo. Y observan con muchos defectos al mismo.

Las personas tienen problemas para ubicar sus medidas, su tamaño, su talla. Y de manera casi constante emprenden una batalla contra sí­ mismas. Establecido un patrón alimenticio inadecuado con conductas clandestinas y ocultas para las demás personas.

Los dos elementos caracterí­sticos de la conducta alimenticia denominada Bulimia son los atracones y los intentos por compensar, a través de métodos poco apropiados y dañinos, la ganancia de peso que esta conducta puede provocar.

Por Atracones entendemos la ingesta excesiva de alimentos en un perí­odo relativamente corto (menos de dos horas) en relación a lo considerado normal. Se dice que durante el mismo no existe una preferencia especí­fica de consumo de alimentos, pueden llegar a consumir de 2000 a 5000 calorí­as durante estos (sin embargo, en la práctica clí­nica se observa preferencia por comida chatarra, galgerí­as). Pareciera que durante estos momentos existe una pérdida de control, en la cual la persona está incapacitada para parar. Pero, cuando es sorprendida en su festí­n alimenticio, la persona no continúa con el mismo.

Estos atracones le provocan a la persona sentimientos de vergí¼enza y culpa, sintiéndose con falta de capacidad de parar de realizarlos. Las pacientes observan su proceder de manera inadecuada. Usualmente cursan con un estado de ánimo bajo y ha sido asociada esta enfermedad a problemas depresivos, ansiedad, uso y abuso de sustancias.

Las personas con bulimia comparten caracterí­sticas de las anoréxicas, tales como perfeccionismo, dificultad con la regulación de sus afectos, baja autoestima. También son muy sensitivas al rechazo y al miedo de ser abandonadas. Pero son más impulsivas.

Al igual que la anorexia la bulimia es más frecuente en mujeres y generalmente sus inicios son en la adolescencia tardí­a y al principio de la edad adulta. Dentro de las medidas que considerar para controlar cualquier ganancia de peso se encuentran el vómito en 1/3 de los casos, el uso inadecuado de medicamentos tales como purgantes, diuréticos y laxantes, anorexí­genos y la realización de ejercicio muchas veces de manera extrema.

Es de notar que la mayorí­a de personas con este tipo de padecimiento cursan con un peso relativamente normal. Se quejan de manera frecuente de edema periférico, hinchazón, debilidad, fatiga, problemas dentales y se observan abrasiones en la parte dorsal de sus manos.

Las complicaciones médicas asociadas a esta enfermedad son más frecuentemente asociadas a la conducta purgativa, pero también pueden ser asociadas a los atracones.

Existe un serio desbalance en los electrolitos, con una disminución del potasio en sangre provocado por el vomitar. Lo que puede conducir a serios problemas cardí­acos, incluyendo arritmias, también a debilidad muscular y tetania. Entre otros problemas cardiovasculares puede encontrarse: desmayos, mareos, caí­da de la presión arterial

En la boca puede observarse el desgaste del esmalte de los dientes y puede existir un agrandamiento de las glándulas salivares. Puede elevarse de manera transitoria la enzima amilasa, los pacientes pueden cursar con boca seca, enrojecimiento de las mucosas y deficiencia de vitamina B12.

Entre las complicaciones gastrointestinales: inflamación del esófago, dolor de pecho, agruras, reflujo gastro-esofágico, ruptura del esófago, hernia hiatal. Enfermedad de colon irritable, constipación.

En realidad, al observar la descripción de esta enfermedad y sus complicaciones médicas nos damos cuenta de su gravedad. Es necesario comenzar a abordar los problemas alimenticios y socializarlos, sacarlos del silencio, con la finalidad de que nuestros jóvenes obtengan una mejor calidad de vida y evitemos los riesgos de muerte y los peligros para su salud tanto fí­sica como emocional. Para concluir quisiera comentar un extracto que de mis recuerdos de algo que escribió una de mis pacientes con bulimia: «La bulimia se habí­a convertido en su amiga y acompañante, pero, que cada vez que vomitaba se habí­a dado cuenta de que en el retrete no solamente se iban los deshechos de la comida ingerida, sino también, parte de ella misma en su humanidad».