Buen resultado, pero Barrondo enfadado consigo mismo


Marcha

Un décimo lugar en un primer Mundial de atletismo y en apenas una tercera competencia internacional deberí­a dejar contento a cualquiera.

DAEGU Agencia AP

Pero este no es el caso de Erick Barrondo, el guatemalteco de 20 años que se fue masticando amargura por su resultado en la marcha de 20 kilómetros en las calles del centro de Daegu.

«Estoy triste porque las condiciones eran para buscar una medalla. Espero que el paí­s y el entrenador me den otra oportunidad», dijo Barrondo con una profunda dosis de autocrí­tica. «Me dan ganas de llorar».

Barrondo llegó a situarse tercero a mitad de la competencia hasta que el ruso Valery Borchin remató con una demoledora reacción para revalidar su tí­tulo mundial.

¿Qué le pasó a Barrondo?

«Tuve que haber buscado la medalla, pero me faltó un poquito de confianza», se lamentó Barrondo, quien terminó con un tiempo de 1 hora, 22 minutos y 8 segundos, a 2.12 de Borchin.

En ese juicio coincidió el colombiano Luis Fernando López, quien se colgó la medalla de bronce.

«Erick es una persona muy batalladora, tiene mucho coraje», afirmó López a la AP. «Durante la carrera le dije que fuera por él (Borchin). Tení­a buscar el primer lugar, pegarse a esa rueda que fue lo que yo hice».

Su desempeño pasó a ser el mejor de un guatemalteco en mundiales de atletismo, ya que superó el duodécimo lugar que Julio Martúnez logró en la marcha de 50 kilómetros en Helsinki 2005.

Barrondo se dedica exclusivamente a la marcha y cuenta con el cubano Roberto Medina como entrenador.

«Tengo todo, por eso siento que le fallé a la gente de Guatemala y a mi entrenador», dijo.

Su juventud y su personalidad competitiva reflejan a un marchista con un rico potencial. Su siguiente misión apunta a los Juegos Panamericanos de Guadalajara el próximo octubre y luego los Juegos Olí­mpicos de Londres 2012.

«Ya fallamos en una, no podemos fallar en otra», dijo sobre los Panamericanos. Y señaló que irá a Londres con absoluta seriedad: «Tienes que ir a competir, no para pasear».