La predominancia de los fabricantes asiáticos en el mercado automotor estadounidense probablemente aumentará en los próximos años pese a los esfuerzos de sus principales rivales de ese país, envueltos en grandes reestructuras, opinan expertos.
Los fabricantes asiáticos se llevaron el 52,3% de las ventas en el mes de agosto en Estados Unidos, con lo que se quedaron con más de la mitad del mercado estadounidense.
El resultado, en alza de cinco puntos en un año, consagra décadas de crecimiento sostenido en perjuicio de los «Tres Grandes» de Detroit (Michigan, norte): General Motors (GM), Ford y Chrysler.
Los fabricantes asiáticos se vieron beneficiados por el programa gubernamental «efectivo por chatarra», que ofrecía a los propietarios de vehículos vetustos una rebaja de hasta 4 mil 500 dólares sobre el precio de venta de uno nuevo, más ecológico y que consuma menos.
Según los expertos, las porciones del mercado seguirán creciendo para los asiáticos.
«A largo plazo, algunas marcas estadounidenses desaparecerán y eso perturbará el reparto del mercado para las marcas estadounidenses y dará una nueva ventaja a los fabricantes asiáticos», opina Efraim Levy, analista de Standard & Poor»s.
Aunque ya estén cómodamente instalados, los japoneses Toyota y Honda están «bien posicionados» para seguir con esta tendencia, añade.
El futuro parece prometedor para los coreanos Hyundai y Kia, que vendieron muchas unidades en los últimos tiempos en Estados Unidos gracias a la política de precios bajos, en tiempos de crisis económica.
De hecho, «la recesión fue más bien una oportunidad para los fabricantes coreanos», explica Jessica Caldwell, de Edmunds.com.
Las cifras hablan por sí solas: los estadounidenses controlaban el 76,9% del mercado en 1980, 69,9% en 1998 y 52,2% en 2005.
El año pasado, la porción de mercado de los estadounidenses cayó a 47,5%, un retroceso de cerca de 10 puntos en tres años, y desde principios de año, Ford GM y Chrysler sólo ocupan 43,9% de su mercado nacional. Los fabricantes asiáticos dominaban con 48% de las ventas en Estados Unidos desde enero, mientras que los constructores europeos poseen un 8,1% según Autodata.
Pero «no todo está perdido» para los estadounidenses, estima Rebecca Lindland, de IHS Global Insight.
«Con nuevas estructuras más competitivas», implementadas para salir de las debacles económicas, «los tres grandes, en particular GM, deberían estar en condiciones de concentrarse sobre marcas menos numerosas y de mejor calidad», señala.
Pero desarrollar nuevos vehículos no es algo que se logre de un día para otro y el tiempo es un lujo que no pueden otorgarse los fabricantes estadounidenses, estima el analista de Standard and Poor»s.
«La inversión demorará en ser redituable», subrayó.