Bryce Echenique, «cuentacuentero»


El escritor peruano Alfredo Bryce Echenique ofrece una conferencia de prensa en donde da adelantos de su nuevo libro

El escritor peruano Alfredo Bryce Echenique, que asegura haber tenido desde niño una enorme facilidad para inventar historias, se califica a sí­ mismo como un «cuentacuentero» y la prueba de ello es su nuevo libro «La esposa del Rey de las Curvas».


«Yo era un cuentacuentero; a mí­ en el colegio mis compañeros me esperaban para que les contara un cuento, lo contaba con mucha gracia y mucha ironí­a, y me hice famoso en el colegio», dijo a la AFP Bryce Echenique, que una vez más retorna a este género con mucha gracia en su nueva obra.

En «La esposa del Rey de las Curvas», que reúne diez cuentos, el escritor recurre nuevamente a su fuente inacabable: la infancia, la nostalgia de la adolescencia, su entorno social, la familia, el humor, pero principalmente el sentido de haber sido un observador de una época que se fue.

No sabe por qué la nostalgia le sale a la hora de escribir, «no sé por qué encontré en mi niñez, en mi familia esa cantera y aún no se ha agotado».

«El cuento es tan antiguo como la prostitución», agregó el escritor, dejando escapar una sonrisa y luego acotó: «el cuento siempre me ha fascinado por lo difí­cil de lograrlo».

Bryce recuerda que su último libro sale cuando han pasado 41 años de su primera obra «Huerto Cerrado» (1968) -también de cuentos- que obtuvo una mención honrosa en el Concurso Casa de las Américas.

Luego escribió su novela cumbre «Un Mundo para Julius» (1970), y aseguró que fue pensado como un cuento pero se emocionó tanto que se convirtió en novela «y si no hubiera parado hasta ahora la seguirí­a escribiendo».

En el cuento «La esposa del Rey de la Curvas», que da nombre al libro, el autor narra la historia de un niño cuyo padre es «un hombre de origen británico, perfecto y demasiado gris para un niño, a quien le gustarí­a encontrar en él un héroe».

«Igual a mi padre que era un hombre muy tí­mido, introvertido, antiheroico, un hombre que no hablaba con nadie», explicó.

En la historia, un dí­a el padre del niño compra un automóvil cuyo color era igual al del famoso corredor peruano de autos Arnaldo Alvarado, conocido como el «Rey de las Curvas», y le da un paseo a una moderada velocidad; entonces cuenta a sus compañeros del colegio de monjas que su padre es Arnaldo Alvarado, ganador de innumerables premios.

Cuando el niño se habí­a convertido en todo un personaje, su madre fue a recogerlo y los alumnos al uní­sono le preguntaron si era la esposa de Arnaldo Alvarado, el Rey de las Curvas.

«La mujer respondió: «Sí­, por supuesto, si mi hijo lo dice, lo soy, mi hijo no miente»», relata el escritor.

El escritor dice que se hizo tan famoso contando cuentos que su padre, «de una timidez enfermiza», no se sentaba a la mesa sin que él llegara y le contara un cuento.

«Me hací­a inventar unas historias increí­bles, durante un tiempo inventé diversos cuentos sobre mi enamorada, ya no sabí­a qué contarle para el dí­a siguiente», agregó.

Bryce adelantó que tiene proyectado escribir una novela «muy importante para mí­ que podrí­a ser muy larga», buscando siempre en la fuente inagotable de su niñez.

«Será una historia de una familia decadente, que después de haber sido importante en el siglo pasado va pasando a ser menor, va decayendo. Es una historia triste pero quiero contarla con mucho humor e ironí­a», acotó.