La Comisión Europea coincide con países como España y Francia en la necesidad de retrasar la edad de jubilación para evitar el colapso de los sistemas de pensiones en la UE, según un informe que será presentado el miércoles y del que la AFP obtuvo una copia.
Pese a la indignación social que estas reformas están levantando en algunos países europeos, «impedir que el periodo de jubilación continúe aumentando con respecto al tiempo trabajado» fortalecería la «viabilidad» de los sistemas públicos de pensiones, sostiene el ejecutivo comunitario en el documento.
«Eso significa aumentar la edad en la que se deja de trabajar y se empieza a gozar de la pensión», agrega.
La Comisión estima que prolongar el periodo laboral teniendo en cuenta el incremento de la esperanza de vida permitiría extraer dos beneficios: «mejorar las condiciones de vida y hacer más viables las pensiones», resume.
En los últimos 50 años, la esperanza de vida progresó un promedio de cinco años en la Unión Europea (UE) y las proyecciones permiten esperar un nuevo aumento de siete años de aquí a 2060.
Este hecho, sumado a que los índices de natalidad están en retroceso, se traduce en que por cada cuatro personas activas hay una con más de 65 años en Europa, mientras que en 2060 sólo habrá dos trabajadores por cada pensionado, es decir la mitad.
La edad media de jubilación en el seno de la UE se situó en 2008 en 61,4 años.
Frente al aumento de los déficits y deuda públicos, muchos gobiernos empezaron a incrementar la edad legal para dejar de trabajar.
España quiere elevarla de 65 a 67 años, como Alemania, que prevé ese cambio de aquí a 2029.
Francia, por su parte, pretende subir la edad mínima de 60 a 62 años, un plan que a fines de junio ya echó a la calle a decenas de miles de franceses y provocó una jornada de huelga en los transportes y servicios públicos.