Brown promete cambios en Gran Bretaña


Elección. El premier británico, Tony Blair (D), felició a Gordon Brown por su elección como lider de los laboristas.

Gordon Brown, elegido el domingo lí­der del Partido Laborista británico, prometió que será el primer ministro del cambio, una vez que suceda en el cargo a Tony Blair, el próximo miércoles.


Brown, de 56 años y ministro de Finanzas desde hace diez, era el único candidato a este puesto, ocupado desde julio de 1994 por Blair, y fue nombrado en una conferencia extraordinaria de los laboristas en Manchester (noroeste de Inglaterra), en la que la hasta ahora secretaria de Estado para la Justicia, Harriet Harman, fue nombrada número dos del partido.

El ministro de Finanzas prometió aprender de las lecciones recibidas en Irak e insistió en la necesidad de una «respuesta multilateral fuerte» con Europa y Estados Unidos para hacer frente a los desafí­os de la seguridad.

En Irak, Afganistán y Oriente Medio «respetaremos nuestras obligaciones internacionales», dijo Brown, quien excluyó una rápida retirada de las tropas británicas del territorio iraquí­.

«Es con humildad, orgullo y con un gran sentido del deber, que acepto el privilegio y la gran responsabilidad de dirigir nuestro partido y de cambiar nuestro paí­s», señaló, después de que Blair felicitara al «nuevo lí­der del Partido Laborista».

«Esta semana formaré un nuevo gobierno, con nuevas prioridades para responder a los desafí­os de 2007 y del futuro», añadió. «Intentaré justificar cada dí­a y en cada una de mis acciones la confianza que han depositado en mí­».

Brown fijó como prioridades de su gobierno la educación, la vivienda – por las nubes en Gran Bretaña- y la sanidad.

El futuro primer ministro, hijo de modestos pastores escoceses, menos carismático que Blair, resaltó la importancia de los valores morales.

Además de programas polí­ticos, Brown aseveró que su formación deberá tener «alma».

En tanto que lí­der del partido mayoritario en la Cámara de los Comunes, Brown se convertirá automáticamente en primer ministro, sin necesidad de celebrar elecciones legislativas, justo después de la dimisión el miércoles de Blair, tras diez años en el poder, equivalentes a dos mandatos y medio.

Para Brown será la recompensa a su paciencia: este poderoso ministro de Finanzas ha tenido que esperar largo tiempo para suceder a Blair, con quien trabajó codo con codo desde el principio para hacer resurgir al laborismo británico y llevarlo al poder en 1997.

Aunque las desavenencias marcaron su relación en estos últimos años, el domingo sólo habí­a lugar para el agradecimiento: Brown felicitó a Blair por la forma en que ha conducido el paí­s y el todaví­a jefe de gobierno saludó a un futuro «gran primer ministro».

Los expertos no esperan cambios relevantes en la polí­tica británica, así­ como el 61% de los ciudadanos, según los sondeos.

Pese a ello, Brown hizo un llamado a todos aquéllos que quieran «cambiar las antiguas polí­ticas» para que se unan al laborismo.

La inminente llegada al poder ha ofrecido en todo caso a Brown una mejorí­a espectacular de sus expectativas electorales, reflejadas en las encuestas, ya que hasta ahora siempre habí­a estado por detrás del conservador David Cameron, de 40 años, en el presumible duelo que les enfrentará en los comicios previstos para 2009.

Un 40% de los británicos considera ahora a Brown como el lí­der más «capacitado», frente al 22% que opta por Cameron, según un sondeo publicado por The Observer. Del mismo modo, el Partido Laborista supera a los ’tories’ en intención de voto, con un 39% frente al 36% de los conservadores.

Por otra parte, miles de manifestantes se reunieron ante el edificio en el que se celebraba la conferencia laborista para solicitar al futuro jefe de gobierno la retirada militar de Irak a más tardar en 100 dí­as.

«Estamos aquí­ para decirle adiós al más peligroso y belicoso primer ministro de la historia moderna de Gran Bretaña», expresó Andrew Murray, presidente del movimiento Stop the War, en referencia a Blair.

«Es con humildad, orgullo y con un gran sentido del deber, que acepto el privilegio y la gran responsabilidad de dirigir nuestro partido y de cambiar nuestro paí­s.»

Gordon Brown, elegido como lí­der del Partido Laborista británico.