Si algo brilla por su ausencia en la Guatemala de hoy, que vive momentos cruciales por la decisión que implica la conformación del poder judicial, es la oposición política que por lo visto no tiene ni idea de cómo actuar y de qué papel jugar en estos momentos de tanta trascendencia.
Tres diputados a título personal plantearon ayer la necesidad de revisar la norma que establece la votación secreta a la hora de elegir a los magistrados de las Cortes de Apelaciones y de la Corte Suprema de Justicia, pero es inaudito que los que se proclaman líderes de la oposición no digan ni pío en estas circunstancias. Aquellos que en los días posteriores a la muerte de Rosenberg andaban buscando la tarima para ganar espacios y presentarse ante la población como decididos líderes y comprometidos patriotas, ahora escabullen el bulto.
Unos dejan que sus diputados hagan lo que les viene en gana, transando como siempre se transa en el Congreso en este tipo de negocios que ocupan la atención de los representantes y los otros, lo que no tienen diputados, sienten una especie de alivio por esa pobreza porque, según ellos, les evita el dolor de cabeza de tener que asumir una postura en un tema controversial.
Pero la verdad es que en el país hace falta que se asuman liderazgos comprometidos, que los políticos que aspiran a dirigir los destinos del país se definan y tomen partido en las cuestiones más importantes de la vida nacional. Esa práctica de agazaparse durante tres años, dejando de hacer y dejando pasar cualquier cosa, con la idea de que bastará conseguir abundante pisto para la campaña y con ello se ganan elecciones, es lo que produce esta clase de gobiernos que hemos tenido, en donde no se ve la capacidad para asumir un liderazgo nacional capaz de promover los cambios que el país requiere.
Si la oposición política es tan inútil que ni siquiera puede dejar que su voz se escuche cuando se está decidiendo en verdad el futuro de la justicia en el país y el peso que pueda tener el régimen de impunidad que tanto daño le ha hecho a los guatemaltecos, el pueblo lo debiera recordar en su momento para pasar la factura a los farsantes que sólo aparecen cuando se trata de sacar raja, pero jamás a la hora de asumir compromisos serios por la Patria.
Urge escuchar la voz de los que se mueven para buscar la presidencia. Que se pronuncien sobre los candidatos a magistrados, sobre los procedimientos de elección y, sobre todo, sobre la necesidad de justicia, de transparencia y decencia en el sistema judicial para ponerle fin a la impunidad.