Breve y sensible historia humana


 Las necesidades de los seres humanos son complejas y muy diferentes, según la clase social, condiciones económicas, estudios realizados, el grupo familiar y tantas otras circunstancias.

Eduardo Villatoro

Esta corta introducción viene al caso por lo que les voy a contar. Un viejo amigo y colega, con quien trabajamos juntos en el desaparecido diario El Imparcial, a causa de una defectuosa intervención quirúrgica, vale decir mala práctica médica, desde hace unos cinco años se quedó imposibilitado de desplazarse por sus propios medios, pues necesita de un andador de mano o una silla de ruedas para trasladarse de un lado a otro en el interior de su casa.

 Esta discapacidad fue ocasionada por dos cirujanos y el anestesista que intervinieron en una aparentemente sencilla operación de próstata, en vista de que probablemente le aplicaron más anestesia que la necesaria -según me explicó un especialista en la materia-, que afectó la columna vertebral de mi camarada. A estas alturas resulta difí­cil entablar una demanda judicial, porque mi amigo no contó con la asesorí­a del caso en el momento oportuno cuando después de la intervención quirúrgica estuvo al borde de la muerte.

Si menciono estos antecedentes es porque hace un par de semanas envié un correo a todos mis contactos electrónicos, comentándoles que mi amigo ocupa su tiempo en leer y escuchar música clásica; y yo pensaba y sigo creyendo que él debe utilizar las herramientas elementales que nos proporciona la tecnologí­a, para estar conectado con el mundo exterior, además de poder navegar en el ciberespacio, y de ahí­ que solicitaba que alguien de mis corresponsales donara un equipo de cómputo y que otro financiara las clases para enseñar a mi amigo el manejo del ordenador.

El compatriota Byron Titus fue el primero en responder afirmativamente, pero el problema es la distancia para enviar la máquina, pues él radica en Boston, mientras que Helmuth Morales Luther, amigo del odontólogo Rogelio Castillo, ofreció instruir a mi multialudido colega; en tanto que el pastor evangélico marquense y licenciado en Ciencias Pedagógicas Carlos Barrios de León, por medio de su hija la doctora Fabiola Barrios Laparra, ofreció el equipo de cómputo que me envió desde San Marcos y que esta semana le entregaré  a mi amigo, uno de cuyos hijos le enseñará los rudimentarios conocimientos para manejar la computadora.

¡Que el Señor sea pródigo con vos, Carlitos Gordo, y con tu amada hija Fabiola!

 ¿Y alguien podrí­a pagar temporalmente el servicio de Internet?

 (El periodista y cibernauta Romualdo Tishudo, postrado en una camilla, le pregunta al médico: -¿Qué es lo que tengo, doctor? -No lo sé, pero  cualquier duda la aclararemos en la autopsia).