El presidente Raúl Castro y su colega brasileña Dilma Rousseff inauguraron ayer la ampliación del puerto de Mariel, que colocará a la isla en el comercio regional.
«Brasil se enorgullece por asociarse a Cuba en este que es el primer puerto terminal de contenedores del Caribe con capacidad para integrarse a la cadena logística interoceánica», expresó Rousseff.
Los mandatarios Nicolás Maduro de Venezuela, Evo Morales de Bolivia y Michel Martelly de Haití también estuvieron presentes en la ceremonia que se realizó en la localidad de Mariel, unos 45 kilómetros al oeste de la capital. Están en Cuba para asistir a la II Cumbre de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe.
Rousseff informó que su país financió esta primera etapa de la ampliación del puerto con unos 802 millones de dólares, con la participación de unas 400 empresas brasileñas y para una segunda etapa, que incluye las labores en una zona de desarrollo (área franca) aledaña, el país sudamericano dispondrá de 290 millones más.
Para Castro, Mariel «será la principal puerta de entrada y salida del comercio exterior cubano y su ubicación geográfica en la ruta de los principales flujos de transportación marítima en nuestro hemisferio».
Construido por la empresa brasileña Odebrecht, el puerto será operado por la empresa Global Ports Management Limited de Singapur.
«Brasil cree y apuesta en el potencial humano y económico de Cuba» señaló Roussef. Dijo que su país «quiere convertirse en un aliado de primer orden para Cuba».
Las empresas brasileñas Odebrecht y Souza Cruz firmaron por separado memorandos de entendimiento sobre inversiones con la oficina regulatoria de la zona de Mariel, informó la directora general de la institución, Ana Teresa Igarza.
Explicó que hasta la fecha su oficina había recibido más de 70 solicitudes para invertir y más de un centenar de «acercamientos para obtener información». La funcionaria no accedió a dar el nombre de las empresas por respeto a la «confidencialidad», pero precisó que provienen principalmente de España, Italia, Rusia, Brasil, China, las más numerosas. También se recibieron de naciones como Argentina, Chile, República Dominicana, Panamá, México, Canadá, entre otras.
El viceministro de comercio exterior e inversión extranjera, Antonio Caricarte, informó que el país estaba trabajando en una nueva ley de inversión extranjera que debe ser sometida al voto de la Asamblea Nacional cubana en el primer trimestre del año.
El director de operación de la terminal de contenedores, Marcelo Patat, explicó a la prensa que el domingo las enormes grúas hicieron la primera operación, descargando un centenar de contenedores refrigerados de la línea de transportación Crowley con pollo llegado de Estados Unidos.
La ley del embargo de Washington contra la isla que prohíbe intercambio entre los dos países hace una excepción para la importación de productos agrícolas pagados al contado.
«Lo fundamental para Cuba es que se instaló un puerto con tecnología de última generación, además tiene una posición estratégica dentro del Caribe que esta indudablemente vinculada con la expansión del canal de Panamá», agregó Patat.
El ingeniero cubano Vicente Orta, uno de los 4.000 empleados que trabajan en la ampliación, dijo a la AP que «este proyecto es la esperanza de Cuba, permitirá a que la isla se abra al comercio internacional y concretamente ha sido una gran fuente de empleo para la zona del Mariel y por tanto de desarrollo».
Roussef indicó que Brasil abrirá un crédito de 290 millones de dólares, en «condiciones ventajosas», dinero que según Castro servirá para la segunda etapa del proyecto que supone el desarrollo de una zona industrial en la región.
Castro expresó que «todavía queda mucho por hacer, ahora comienza una nueva etapa, en la que nos proponemos fomentar importantes inversiones nacionales y extranjeras en la Zona Especial de Desarrollo Mariel.