Brasil comienza hoy a bombear petróleo de sus yacimientos de aguas profundas, escondidos bajo una gruesa capa de sal, que potencialmente lo convierten en un gigante mundial del crudo.
El pozo que comenzará a ser bombeado está en el campo Jubarte de la Cuenca de Campos, a unos 77 kilómetros de la costa del estado Espíritu Santo (sureste) y a 4.400 metros de profundidad bajo una capa de sal de unos 100 metros.
La petrolera estatal Petrobras estima que entre 10 mil y 15 mil barriles diarios serán extraídos de Jubarte por la Plataforma P-34 que será puesta oficialmente en marcha por el presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
El crudo bombeado por la P 34 será el primero en salir de los campos en aguas ultraprofundas descubiertos desde finales del año pasado en una franja de 800 km de costa en el sureste de Brasil, entre los estados de Santa Catarina y Espíritu Santo.
Esos campos pueden contener unos 80 mil millones de barriles de crudo, según algunas estimaciones, lo que convertiría a Brasil en un gigante mundial del petróleo.
La explotación del campo de Jubarte es considerada una experiencia piloto para un emprendimiento de mayor envergadura que es extraer el crudo en el Campo Tupí, descubierto el año pasado.
Ese campo tiene un potencial estimado entre 5 mil y 8 mil millones de barriles de crudo que se encuentran a más de 6 mil metros de profundidad y bajo una capa de sal de más de 1 mil metros. Ese campo prácticamente duplicaría las reservas actuales de Petrobras, de 14 mil millones de barriles.
Petrobras comenzará en marzo próximo las pruebas de explotación de Tupí y en caso de considerarse viable económicamente, la producción comenzaría desde 2012.
Petrobras planea inversiones por 112.400 millones de dólares hasta 2012 pero el presidente de la compañía, Sergio Gabrielli, ya anunció que las inversiones «seguramente aumentarán» debido a los grandes yacimientos encontrados.
Según analistas, las inversiones en estudios, logística y tecnología requeridas para llegar hasta la potencial riqueza escondida en el atlántico brasileño demandará hasta 600 mil millones de dólares.
Aún así, el emprendimiento está jaqueado por incertezas, pues puede ocurrir que, tras años de estudios e inversiones se llegue a la conclusión de que extraer ese petróleo no es rentable para las empresas, dijo un ejecutivo de Petrobras que pidió no ser mencionado.
El presidente Luiz Inacio da Silva dijo que se propone reformular el régimen de explotación del petróleo de Brasil a fin de que el Estado pueda sacar un mayor rédito económico. Lula ha dicho que pretende destinar los beneficios a mejorar la educación y erradicar la pobreza.
El gobierno baraja varias posibilidades de gestión de las inmensas reservas descubiertas, entre ellas la de crear una agencia que administre el petróleo encontrado en la llamada capa pre-sal, o aumentar los royalties e impuestos cobrados a las empresas licitadas.