El Festival de Cine de Cannes recibió su máxima dosis de adrenalina el martes, cuando Brad Pitt llegó para presentar el elegante y duro filme «Killing Them Softly», que produjo y protagoniza.
La película, una adaptación de una novela policial de George V. Higgins dirigida por Andrew Dominik, se exhibió en competencia por la codiciada Palma de Oro, el máximo honor del evento.
Mientras algunos discutían la audaz yuxtaposición de historias en la película sobre mafiosos traicioneros con un trasfondo político, otros se mostraron algo decepcionados con Pitt: No, Angelina Jolie no estaba con él, pues se está preparando para un papel, explicó el actor. Y su muy esperada boda aún no tiene fecha, dijo en una conferencia de prensa.
Pero «Killing Them Softly» dejó muchas dudas. Pitt da vida a un asesino que prefiere dispararle a sus víctimas a distancia, porque detesta sus gritos y súplicas de piedad. Las escenas están entretejidas con afiches, emisiones de radio y discursos en televisión del presidente Barack Obama y el ex presidente George W. Bush.
Aunque la trama del libro («Cogan’s Trade») transcurre en la década de 1970, el filme se ubica en el 2008, durante la elección presidencial y la crisis financiera. En un momento el personaje de Pitt afirma: «Estados Unidos no es un país, es un negocio».
«Estábamos en el ápice de la debacle de los préstamos hipotecarios», dijo Pitt sobre los inicios del proyecto. «Sentí que estaba leyendo (el guión de) una película de gángsters y no fue hasta que final que me di cuenta de cuál era el propósito de la película, que este microcosmos está de hecho diciendo algo sobre el mundo en general».
Pitt dijo que no pretende que «Killing Them Softly», cuyo estreno comercial está previsto para septiembre, sea tomada como su visión personal o sea tema de debate en la próxima temporada electoral.
«Siempre siento que las películas policiales hablan del capitalismo», dijo Dominik, el director de «The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford» («El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford»). «Es el único género donde es perfectamente aceptable que todos los personajes estén motivados únicamente por un deseo de dinero».