BP recupera más petróleo


Imagen satelital del avance de la marea negra en el Golfo de México. FOTO LA HORA: AFP

BP recupera actualmente unos 25 mil barriles de petróleo diarios que se vierten de la fuga en el golfo de México, pero mucho crudo sigue derramándose a borbotones en el mar, mientras Estados Unidos examinaba hoy las propuestas de ayuda de 22 paí­ses.


«En las 24 horas que precedieron la medianoche, fuimos capaces de recuperar 25 mil barriles de petróleo», se alegró hoy el comandante de los guardacostas Thad Allen, encargado de coordinar la respuesta a la peor marea negra de la historia de Estados Unidos, agregando que BP esperaba alcanzar los 53.000 barriles recuperados a diario de aquí­ a fines de junio.

Hasta ahora la petrolera británica sólo recuperaba 15.000 barriles por dí­a, mientras que el pozo dañado, ubicado a 1.500 metros bajo el nivel del mar y a unos 80 km de las costas estadounidenses sigue vertiendo de 35.000 a 60.000 barriles (hasta 9,5 millones de litros) de petróleo diarios, según expertos.

El jueves, el presidente de BP Tony Hayward enfrentó la ira de los parlamentarios estadounidenses, hartos de los errores del grupo en su lucha contra la marea negra, y les dijo que estaba «personalmente anonadado» y que la empresa «no descansarí­a» hasta solucionar el derrame.

El presidente estadounidense Barack Obama consiguió el miércoles que los directivos de BP, convocados en la Casa Blanca, aceptaran destinar 20.000 millones de dólares en una cuenta para indemnizar a las ví­ctimas de la marea negra.

Asimismo, BP acordó crear un fondo de 100 millones de dólares a favor de los obreros del sector petrolero despedidos a raí­z de la catástrofe.

«Lo que el presidente piensa y cree y cuya posibilidad vamos a garantizar, es que la gente afectada por esta marea negra (…) será indemnizada por BP», afirmó este viernes el portavoz adjunto de la Casa Blanca, Bill Burton.

El martes, por primera vez desde que asumió, Obama se dirigió a la nación en un solemne discurso pronunciado desde el Despacho Oval, prometiendo hacer todo lo que esté a su alcance para ayudar a las personas afectadas.

BP recibió otro golpe este viernes, cuando la agencia de calificación financiera Moody»s rebajó en tres niveles la nota de su deuda a largo plazo, de «Aa2» a «A2», a causa del derrame en el Golfo de México, imitando a las agencias rivales Fitch y Standard & Poor»s.

Esta decisión «refleja el agravamiento del impacto esperado de la marea negra», que «deberí­a tener un impacto negativo prolongado en la generación de tesorerí­a del grupo y en su balance financiero durante varios años», se justificó Moody»s.

Ante la amplitud de la catástrofe ecológica, 22 paí­ses, desde Canadá hasta Japón, ofrecieron su ayuda a Estados Unidos. La mayorí­a de las propuestas recibidas están «en fase de examen», indicó este viernes el departamento de Estado.

La proposición francesa de proveer dispersantes a Washington fue la única en ser rechazada de inmediato, ya que el uso de dichos productos quí­micos quedó prohibido en Estados Unidos.

Washington afirmó que pagarí­a por la ayuda brindada, aunque BP ya compró la mayorí­a de los equipos que operan en la zona hasta la fecha.

KEY WEST Petróleo al acecho


Con los rostros dorados, Hill y Robert Causey miran como termina de caer el sol en el horizonte marino y se van de la playa, listos para recorrer los bares de Key West, mí­tica ciudad de Florida (sur de EEUU) que espera no ser afectada por el amenazante derrame de petróleo del Golfo.

En Duval Street, corazón de la ciudad, se ofrecen salidas de buceo a arrecifes de coral y se venden remeras con frases que maldicen a la petrolera británica BP por el vertido de crudo que amenaza los tesoros naturales que rodean al último cayo de Florida, en la famosa «milla 0» de Estados Unidos.

«Todo el mundo está feliz aquí­, no nos importa el petróleo», dice Robert, que llegó con su esposa desde el estado vecino de Georgia, y se dispone a entrar a «Sloopy Joe»s», un bar histórico que es parada obligada para los turistas en Key West.

«Â¿Sabe qué nos preocupa a nosotros? El derrame de cerveza», agrega, soltando una risotada.

El «Sloopy Joe»s» se disputa con otro histórico, «Captain Tony», ubicado a pocos metros, cuál es el auténtico bar al que solí­a ir el escritor estadounidense y Nobel de Literatura Ernest Hemingway (1899-1961) cuando viví­a en esta ciudad.

Repleto desde mucho antes que caiga el sol, con un desfile de bandas en vivo que tocan clásicos del country y el rock estadounidense, el Sloopy Joe»s realiza dentro de un mes -el 22 de julio- el certamen anual de hombres parecidos a Hemingway, uno de los tantos eventos que rememoran en la ciudad al autor de «El viejo y el mar» (1952).

«La gente viene a Key West para divertirse y disfrutar porque es una ciudad con un espí­ritu único», dijo Ben Dennis, que trabaja trayendo turistas desde Miami y otros puntos del sur de Florida.

Dennis señala que lo que atrae de Key West es su rica historia de piratas que asolaban a viajeros del Caribe, los viejos ví­nculos con Cuba, distante a sólo 150 km, las opciones de buceo y la sensación de estar en el último rincón del paí­s, un imán para muchos que llegan en sus motos Harley Davidson desde muy lejos.

La mayor parte de los bares presentan shows de música en vivo, pero el bar «Jardí­n del Eden», en la terraza al aire libre del segundo piso de una enorme casona antigua, ofrece como elemento distintivo la posibilidad de quitarse totalmente la ropa a quienes quieran tomar un trago de esa manera.

Ben se queja del mensaje nocivo para el turismo local que instaló la prensa al afirmar que el derrame llegarí­a a los cayos traí­do por una corriente marina del golfo de México.

«Esta viniendo menos gente a Key West, probablemente por el tema del petróleo», se lamenta.

Sin embargo, desde la oficina de comercio y turismo, Andy Newman afirma que no han percibido un descenso fuerte en el número de visitantes y reafirma el mensaje de que la ciudad está en condiciones de ofrecer todos sus encantos.

«Nada ha cambiado, todo está igual que antes del accidente» de la plataforma petrolera de BP, indica Newman.

«No hemos visto aún ni una bola de alquitrán, ni nada que venga del vertido», que se extiende por el golfo de México y que sí­ alcanzó playas del noroeste de Florida, declarado en emergencia por el desastre ambiental.

Pese a reiterados intentos por controlarla, la fuga de petróleo que se inicio en abril derrama a diario entre 30.000 y 60.000 barriles (de 4,8 a 9,5 millones de litros) en el golfo, y se convirtió ya en la peor tragedia ambiental en la historia en Estados Unidos.

Según la última proyección de la agencia oceánica y meteorológica estadounidense (NOAA), bordes de la marea negra de petróleo se ubicaban el viernes 300 km al oeste de Key West.

«No hay advertencias vigentes» para quienes vienen a practicar buceo, indica el departamento de Salud del condado de Monroe, que abarca los cayos de Florida, pero advierte que realiza un control constante de la situación y que dará aviso si hay riesgo próximo.

Unos 2,2 millones de turistas al año llegan a los cayos y se alojan en hoteles al menos una noche, indicó Newman.

Conocido como Cayo Hueso en español, Key West es después de Miami y los parques de Orlando uno de los principales destinos en Florida, estado que recibe unos 80 millones de visitantes por año que dejan más de 60.000 millones de dólares.

«Es duro sobrevivir en los cayos, todo lo que tenemos es turismo y pesca, si viene el derrame de crudo y mata las dos industrias es el fin, estamos cocinados», dijo «Toby», un pescador de langostas que vive en Marathon y que navega a diario la cadena de islas del extremo sur de la pení­nsula de Florida, que culmina en Key West, en aguas del amenazado Golfo de México.