Fernando Botero donó el lunes su voluminosa escultura «El Gato» a Medellín, la ciudad que lo vio nacer hace casi 80 años.
El renombrado pintor y escultor colombiano entregó el bronce de más de una tonelada (1.050 kilogramos) en presencia de Aníbal Gaviria, alcalde de Medellín, capital del departamento de Antioquia y a 250 kilómetros al noroeste de Bogotá.
La escultura de 3,9 por 1,5 por 1,9 metros, que muestra a un sonriente gato en pie, con las orejas puntiagudas y la cola estirada, fue colocada en la localidad de San Cristóbal, a las afueras de Medellín.
«Estoy muy feliz que esté en San Cristóbal, porque las personas necesitan una dosis de belleza y arte para mejorar su vida», dijo en el acto Botero, quien el próximo 19 de abril cumple las ocho décadas.
Traída desde Pietrasanta, Italia, donde Botero trabaja y reside parte del año, «El Gato» sería una de sus mejores esculturas, añadió el creador.
«Está a la altura de las obras más importantes que el artista ha exhibido en Nueva York, París, México, Italia y Francia», indicó por su parte la Alcaldía de Medellín en un comunicado.