Bonita forma de reducir gastos


Ayer la directiva del Congreso empezó un proceso de reducción de personal y reducción de gastos. Pero en vez de mandar al chorizo a asesores que ni siquiera se presentan a trabajar y que simplemente cobran su sueldo, reunieron al cuerpo de conserjes para decirles que ellos serán los primeros en irse y que para el efecto han preparado un plan de retiro voluntario. Como siempre, la pita se rompe por lo más delgado y los afectados serán quienes ganan salarios menores y gente con mayor necesidad, mientras que aquellos que han cobrado sueldo sin trabajar lo podrán seguir haciendo porque para ellos no hay control alguno.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Indigna ver que la Junta Directiva tiene tal criterio para la reducción de los gastos innecesarios del Organismo Legislativo, puesto que hasta el dí­a de hoy no han procedido con la supresión de todos esos contratos de gente que fue llevada por algún compadrazgo y que, según dicen los mismos trabajadores del Congreso, no se aparecen por las instalaciones más que cuando llegan a recoger sus cheques mensuales.

Entendemos que muchos de los conserjes y personal de apoyo en el Congreso han sido contratados con criterio polí­tico y que abundan los que tras participar en alguna campaña electoral son compensados con un nombramiento en puestos de esa naturaleza. Pero ello no los descalifica ni justifica que ahora se ponga el ojo en ellos como los primeros que tienen que irse, toda vez que sus salarios son mucho más modestos que los devengados por personal que ha sido contratado con criterios similares, pero con la diferencia fundamental de que cobran sin trabajar.

Esos errores son los que hacen que el Congreso se mantenga en la picota pública y que la población sienta tanto desprecio por sus integrantes, puesto que demuestran no sólo una absoluta incapacidad sino además falta de sensibilidad para abordar los problemas. Cierto es que los ciudadanos queremos con razón que se reduzca el personal del Congreso y que disminuya el gasto de funcionamiento de ese organismo, pero no es contra conserjes y ujieres que se plantea ese reclamo popular, sino contra los mismos diputados y sus asesores que son quienes se llevan las tajadas más grandes.

Mientras no depuren el listado de asesores que cobran jugosos sueldos y mientras no reduzcan gastos ofensivos como los que se hacen en alimentos de los representantes, en botellas de agua y el pago de los celulares, no tienen en realidad boca para dirigir las baterí­as contra el personal de menor jerarquí­a que se caracteriza por asistir puntualmente a sus funciones y por desempeñarlas con eficiencia. Hay en el Congreso personal que tiene muchos años de trabajar allí­ y que cumple con sus atribuciones diligentemente y no es correcto que sea contra ellos que el Primer Secretario dirija un plan de supuesta depuración y reducción de personal.

Indigna ver que nuestros diputados son tan cortos de vista y que pretendan darnos a los ciudadanos atol con el dedo con esa paja de que están haciendo esfuerzos por gastar bien y que los mismos se traducen en despedir a la gente que sí­ trabaja, a personal que devenga salarios menores, mientras protegen a los que evidencian su falta de vergí¼enza porque no tienen ni siquiera el decoro de llegar a las instalaciones del Congreso más que para recoger el jugoso cheque.