Bolt y la descalificación menos pensada


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Usain Bolt confirmó que tiene una capacidad única para asombrar en las grandes citas del atletismo. Esta vez, sin embargo, lo que hizo no tuvo nada de excelso y mucho de torpeza.

Por ERIC Níší‘EZ DAEGU / Agencia AP

En un fallo inverosí­mil para un atleta de su categorí­a, Bolt cometió una salida en falso en la final de los 100 metros del Mundial de atletismo. Sí­, el hombre que ha dominado la velocidad pura en los últimos tres años fue descalificado por salir antes de tiempo.

Ahora hay un nuevo rey de la velocidad. Se llama Yohan Blake, su compatriota jamaiquino y compañero de entrenamientos que con una marca de 9.92 segundos fue el único de los finalistas que bajó de los 10.

Bolt vio hacerse añicos su ambición de un tercer triplete dorado consecutivo, luego de sus sensacionales exhibiciones en los Juegos Olí­mpicos de Beijing y el Mundial de Berlí­n, donde batió las plusmarcas de los 100 y 200.

Esas actuaciones lo catapultaron a un estatus de astro deportivo global, magnificado por su carisma.

«Â¿Quieren que llore?», se preguntó Bolt. «Olví­dense, eso no va a pasar».

Ni dijo más nada sobre la descalificación.

No hubo silueta del rayo que tiene como sello personal tras sus triunfos. Tampoco pudo mostrar su radiante sonrisa. Nada de bailes.

El Bolt que los atónitos espectadores surcoreanos presenciaron fue uno petulante ante un desenlace impensable. El risueñor de 25 años se sacó la camiseta y la azotó contra la pista. Además, se marchó con las manos sobre su cabeza y dándole golpes al muro azulado.

Su error fue inobjetable, ya que salió de los tacos cuando ni siquiera habí­a sonado la pistola.

Lo ocurrido obviamente encenderá el debate sobre el reglamento de las salidas en falso, luego que en 2009 la Federación Internacional ordenó que la primera falta implica descalificación automática.

«No me lo puedo creer, era algo de lo que estuvimos hablando cuando estábamos entrenando y ocurre», dijo Blake.

En medio de la confusión, se tení­a que disputar una carrera y Blake fue el triunfador con un registro que palideció con respecto a la plusmarca de 9.58 de Bolt.

«No me podí­a creer que lo habí­an sacado. ¿Cómo pueden sacar a Usain?», dijo Dix, el estadounidense que se llevó la medalla de plata con un 10.08.

Kim Collins, el velocista de 35 años de Saint Kitts y Nevis y que en 2003 se coronó en el Mundial de Parí­s, completó el podio con 10.09.

Fueron tiempos sideralmente lentos para la carrera cumbre del campeonato, y la verdad es que no fue lo único mediocre.

Los ganadores del decatlón y el salto de longitud femeninos se consagraron con las peores marcas en la historia de los mundiales.

También fue el dí­a en que acabó el reinado de Kenenisa Bekele en los 10.000 metros. Su abandono a mitad de carrera desbarató su ilusión de un quinto tí­tulo seguido.

Pero fue un dí­a histórico para Colombia, ya que el bronce de Luis Fernando López en la marcha de 20 kilómetros significó la primera medalla del paí­s en un Mundial.

«Esto demuestra que nuestro paí­s no se mueve con el monopolio de un solo deporte», afirmó López en una crí­tica dirigida a la popularidad del fútbol en su paí­s.

López se trepó al podio como compañí­a del 1-2 ruso de Valeriy Borchin y Vladimir Kanaykin. Borchin revalidó su corona con un tiempo de 1:19.56. López entró a 42 segundos del ganador.

Cuba también subió al podio por primera vez gracias a los bronces conseguidos por Leonel Suárez en el decatlón y Yarelis Barrios en el lanzamiento del disco

Estados Unidos se adjudicó sus dos primeros tí­tulos, ambos gracias a campeones defensores: Trey Hardee en el decatlón y Brittney Reese en el salto de longitud.

La definición de los 10.000 fue apasionante, cuando el etí­ope Ibrahim Jeilan desplazó al británico Mo Farah para convertirse en el sucesor de su compatriota Bekele en el trono.

El otro tí­tulo de la jornada fue el que la china Li Yanfeng obtuvo en el disco.

También se destacó el avance de Oscar Pistorius —el sudafricano que compite con unas prótesis de fibra de carbono que le sirven como las piernas que le amputaron cuando era un bebé— a las semifinales de los 400 metros. Fue un momento histórico en los mundiales, al convertirse en el primer paraolí­mpico en competir en una justa de envergadura.

Y todo parece marchar viento en popa para que el lunes se pueda dar una final de los 110 metros con vallas con los tres hombres más rápidos en la historia: el cubano Dayron Robles, el chino Liu Xiang y el estadounidense David Oliver avanzaron a las semifinales.