La bolsa de Sao Paulo continúa con su tendencia de crecimiento, impulsada por los altos precios de las materias primas y la continua desvalorización internacional del dólar, que hacen prever nuevos máximos en los próximos meses, estimaron analistas.
El piso de negocios más importante de América Latina registra el nivel más elevado desde el inicio de la crisis financiera mundial en setiembre pasado, desatada tras la quiebra del banco estadounidense de inversiones Lehman Brothers, y en lo que va del año acumula ganancias que superan 50%.
El índice Bovespa, más vulnerable a la fluctuación de los precios de las materias primas, llegó el martes a un primer máximo desde agosto del año pasado, a 57.854 puntos. Ayer ya se ubicaba algo por encima en la apertura, en 57.915 puntos.
Gracias a esa continua valorización de las materias primas y a la recuperación de la actividad económica brasileña, el Ibovespa debe finalizar el año entre los 60 mil y 65 mil puntos, previó Alex Agostini, economista en jefe de la consultora Austin Rating, quien destacó que las perspectivas positivas para la economía local continúan estimulando las inversiones.
La bolsa paulista «sigue manteniendo una cierta relación con lo que ocurre en las otras bolsas», pero mientras la economía brasileña continúe con la tendencia de crecimiento se espera que el índice tenga un «rendimiento más acelerado» aún, declaró el economista.
Más cauto, el profesor Francisco Carlos de la Fundación Instituto de Investigaciones Económicas (FIPE), destacó que todavía persiste un clima de incertidumbre.
Pero «si realmente la economía se recuperara -y las señales macroeconómicas indican que se está encaminando hacia una mejora- esto se debe reflejar en la valorización de los papeles de la Bovespa», según Carlos, quien estima que el índice paulista cerrará el año en unos 60 mil puntos.
Por su parte, la divisa brasileña, que ya acumula una sólida valorización de 26% en lo que va del año, debería superar la barra de 1,80 reales por dólar estadounidense e incluso finalizar el año cerca de 1,70 por dólar, según la previsión optimista de Agostini. Carlos en tanto, espera un dólar entre 1,85 y 1,90 reales para fines de 2009.
Para evitar fluctuaciones bruscas del tipo de cambio, el Banco Central (BC) lleva adelante una política de compra de dólares para sus reservas internacionales.
«Al comprar esos dólares, el BC entrega reales al mercado (…) lo que ayuda a ampliar la liquidez a corto plazo», señaló el diario económico Valor, que señaló que los bancos brasileños registran niveles récord de liquidez al almacenar 444 mil millones de reales.
Para Carlos, estos niveles de liquidez responden también a los buenos rendimientos de los bancos, «pero la mayor parte se debe a la retracción del crédito a causa de la crisis y ahora sobra dinero».
A principios de mayo, el BC resolvió retomar y acentuar la compra dólares, aumentando en forma expresiva el nivel de reservas internacionales, que llegaron a 205.853 millones de dólares a fines de agosto.
Dado que el dólar puede continuar perdiendo valor ante el real, «todavía es interesante para el Banco Central acumular reservas», afirmó Agostini.
Esta «baja global del dólar y la suba expresiva de los precios de los commodities (materias primas) y de futuros de la bolsa, (es una) combinación muy positiva para los precios de activos brasileños», estimó el economista jefe del Banco Schahin, Silvio Campos Neto.
No obstante, a pesar del buen humor de los inversores por la mejora gradual de los indicadores de actividad globales, persisten «dudas en cuanto a la consistencia de la recuperación de las economías, especialmente ante los enormes desequilibrios internos (fiscales) y externos (cuentas corrientes) que los países tendrán que enfrentar a mediano plazo», señala.
En este sentido, los economistas brasileños regresaron en agosto a un nivel de cierto pesimismo sobre el futuro de la economía, según un estudio de la Federación de Comercio del Estado de Sao Paulo (Fecomercio) divulgado el miércoles.
«Este nuevo resultado muestra que los economistas son cautelosos en relación a la economía», concluyó Guilherme Dietze, economista de Fecomercio.