El gobierno del presidente izquierdista Evo Morales congeló la aplicación de la ley de reforma agraria en los distritos agropecuarios del noreste y oriente de Bolivia, inundados por feroces aguaceros, se confirmó oficialmente hoy.
Tres meses después de poner en marcha la reforma agraria, basada en la comprobación de la Función Económica Social (FES) que apunta, principalmente, a la liquidación del latifundio, el gobierno de Morales decidió atender el pedido de ganaderos y hacendados del distrito amazónico de Beni (nordeste), 50% de cuya extensión territorial se encuentra bajo el agua.
«Está previsto en la Ley INRA que mientras dure el desastre natural no se proceda a la verificación de la FES», concedió el viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz.
Autoridades de Beni pidieron a Morales declarar esa provincia, donde han perecido bajo las aguas 22.000 cabezas de ganado y un número indeterminado de aves de corral, zona de desastre natural.
El presidente se trasladaba este sábado a la región, la más crítica del país andino amazónico, azotada por las lluvias más intensas en los últimos cinco lustros.
Beni y en menor proporción los departamentos de Santa Cruz (este), Cochabamba (centro este) y Tarija (sur) sufren los embates de los aguaceros que en Bolivia han dejado ya 35 muertos, 10 desaparecidos y casi medio millón de damnificados.