Bodas y visitas reales marcan la semana


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El viernes fue un dí­a memorable para los seguidores de la realeza, hubo una boda real, una visita oficial y recuerdos de una gran princesa.

El prí­ncipe Alberto II de Mónaco se casó con la nadadora olí­mpica Charlene Wittstock, de Sudáfrica, en una ceremonia civil a la que siguió una boda religiosa el sábado. Su padre el prí­ncipe Rainiero III, se habí­a casado con la actriz de Hollywood Grace Kelly en ese pequeño paí­s hace 55 años.

Por BRIAN FRIEDMAN
Agencia AP

«Una nueva página en la historia del principado comienza hoy», dijo Alberto a los ciudadanos en un discurso conmovedor. «Sé que la espontaneidad de Charlene y su generosidad florecerán por completo, para la gran satisfacción del principado y sus habitantes».

Los recién casados británicos, el prí­ncipe Guillermo y Catalina, conocidos oficialmente como el duque y la duquesa de Cambridge, recibieron las ovaciones de cerca de 300 mil personas al recorrer Ottawa en el dí­a nacional de Canadá. Están en su primera visita oficial por el extranjero tras una boda que fue vista por millones de personas en abril.

El primer ministro canadiense Stephen Harper los recibió por la tarde en el Parlamento anunciándolos como «los recién casados más famosos del mundo», y dijo que: «Representan su ví­nculo inquebrantable con nuestro pasado y nuestro indudable optimismo por el futuro».

Catalina llevó un broche con forma de hoja de arce, el sí­mbolo nacional de Canadá, que le prestó la reina Isabel II de Inglaterra y un sombrero rojo brillante que también tení­a adornos en forma de hojas. Isabel estrenó el prendedor durante su primera visita a Canadá en 1951 -cuando aún era princesa- y se lo prestó a la duquesa para esta gira que se extenderá hasta el 9 de julio.

Por su parte, los admiradores de la fallecida princesa Diana de Gales se reunieron ante las puertas del Palacio de Kensington en Londres para dejarle tributos y compartir recuerdos el dí­a que «la princesa del pueblo» habrí­a cumplido 50 años.

La australiana Kathy Martin, quien acudió a la entrada del palacio para dejar su tributo, dijo que Grace y Diana eran figuras emblemáticas que murieron en accidentes automovilí­sticos cuando eran jóvenes, Grace en 1982 y Diana en 1997.

«Serán recordadas como princesas, hermosas y radiantes», dijo Martin.