El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, teme que el Mundial de fútbol de Brasil se vea empañado por disturbios sociales, tal y como ocurrió con la Copa Confederaciones 2013.
«Esperamos que la agitación continúe», dijo hoy el suizo en Astaná, donde asistió al Congreso de la UEFA.
«El fútbol fue la víctima de los disturbios sociales en la Copa Confederaciones. Confiamos que no se repitan», añadió el jefe del ente rector del fútbol mundial.
Más de un millón de personas salieron a las calles brasileñas el año pasado para protestar durante la Copa Confederaciones contra las injusticias sociales. Las manifestaciones degeneraron a veces en violencia.
Cerca de 150 mil policías y soldados, así como 20 mil hombres de personal de seguridad del sector privado velará por los equipos y aficionados durante el Mundial, que se celebrará en 12 ciudades brasileñas del 12 de junio al 13 de julio.
Blatter aseguró estar «muy preocupado» por la injerencia que está teniendo la política en el fútbol en los últimos años.
El suizo aseguró que la presión aumentó sobre la FIFA después de la polémica concesión de los Mundiales de fútbol de 2018 y 2022, a Rusia y Qatar, respectivamente.
«El fútbol es víctima de su popularidad y sus éxitos», dijo el dirigente suizo. «Tenemos que defender nuestro deporte de la influencia política», subrayó Blatter.