El primer ministro británico, Tony Blair, se reunió hoy en el sur de Afganistán con las tropas británicas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Lashkar Gah, una región afgana presa de la insurgencia de los talibanes.
«Es aquí, en este extraordinario rincón del desierto, que se juega el futuro de la seguridad del comienzo del siglo XXI», lanzó Blair a los soldados británicos acantonados en Camp Bastion, en la provincia de Helmand.
Blair, que llegó a bordo de un avión militar, permaneció más o menos una hora en el lugar, conversando con responsables de la fuerza de la OTAN, antes de volar a Kabul, donde debía reunirse con el presidente afgano Hamid Karzai.
Por razones de seguridad no se dieron más detalles del recorrido del jefe del gobierno británico.
Esta primera visita de Blair a Afganistán desde enero del año 2002 se produce tras un viaje de dos días a Pakistán consagrado a la lucha contra el terrorismo.
El primer ministro británico, cuyo país también participa en la guerra contra Irak, llamó a un cambio en la estrategia occidental, privilegiando la «potencia suave», como la ayuda al desarrollo, junto a la fuerza militar.
Afganistán acusa a Pakistán de servir de retaguardia a los militantes antigubernamentales, en particular a los integristas talibanes que este año han intensificado sus ataques en territorio afgano.
Ayer, el presidente paquistaní Pervez Musharraf rechazó estas acusaciones contra su país. «Hacemos todo lo que podemos porque estamos contra el terrorismo. Estamos contra el extremismo y contra la talibanización», dijo junto a Tony Blair.
Por otra parte, el general Musharraf alegó en favor de «un flujo masivo de fondos de desarrollo, algo como el Plan Marshall» para Afganistán, un país devastado por más de 20 años de guerra.
La comunidad internacional prometió 10.500 millones de dólares de ayuda para la reconstrucción de Afganistán en la conferencia de Londres en enero pasado.
Pero los proyectos de desarrollo en este país, donde menos de 10% de los 30 millones de habitantes disponen de electricidad, están seriamente obstaculizados por la inseguridad, reconoció este mes un informe oficial que da cuenta de «avances limitados» en casi todos los sectores de la reconstrucción.
Unos 5.200 soldados británicos están desplegados en Afganistán en la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) y 3.800 se hallan en el sur del país, donde se concentra la insurrección de los talibanes, derrocados del poder hace cinco años.