El primer ministro británico, Tony Blair, hace frente a una rebelión en las filas de su partido laborista en la votación hoy sobre su proyecto de renovar el sistema de disuasión nuclear británico, que será adoptado sólo gracias al apoyo de los conservadores.
Se prevé que la rebelión laborista sea la más importante desde que 140 diputados laboristas se opusieron a la guerra en Irak: según pronósticos, unos 90 diputados del partido gubernamental dirán «no» a los planes de Blair, durante la votación hoy por la tarde en la Cámara de los Comunes.
Blair reiteró hoy, durante la sesión semanal de preguntas en la Cámara de los Comunes, que «es esencial» que el Reino Unido renueve su arsenal nuclear para garantizar su seguridad en un mundo donde han surgido nuevas e «impredecibles» amenazas, como el terrorismo.
Remplazar el arsenal nuclear «es esencial para nuestra seguridad en un mundo incierto», declaró Blair, al defender su plan de renovar los submarinos nucleares y los misiles Trident D5.
«Lo único seguro en este mundo es que nada puede predecirse», advirtió Blair en el Parlamento, insistiendo en la necesidad de reemplazar el sistema Trident, que requiere de una inversión de 20 mil millones de libras (unos 30 mil millones de euros, 38 mil millones de dólares).
Los diputados laboristas rebeldes alegan en cambio que sería mejor invertir esas sumas gigantescas en otras tareas, como combatir a los grupos terroristas, fortalecer el ejército o invertir en proyectos civiles y de mantenimiento de la paz.
La renovación de este programa balístico implica la construcción de tres o cuatro submarinos atómicos para sustituir a los cuatro que ya existen, que transportan 16 misiles Trident con cabezas nucleares.
«Si no tenemos esas armas disponibles, no hay posibilidad de que una futura generación pueda contar con ellas para disuadir las posibles amenazas si surgen rápidamente», declaró a su vez el ministro de Defensa, Des Browne, en declaraciones hoy a la BBC.
Según un sondeo de la BBC efectuada entre 101 parlamentarios laboristas, 64 de los encuestados se oponen a la renovación, y sólo 22 dan su apoyo, mientras que otros 15 se dijeron indecisos.
Incluso un alto político laborista, Nigel Griffiths, que ejercía de vicelíder de la Cámara de los Comunes, renunció el lunes a su cargo para votar hoy en contra del proyecto de disuasión nuclear de Tony Blair.
Sin embargo, la rebelión en el seno del partido laborista -que cuenta sólo con una mayoría de 67 diputados en la Cámara de los Comunes- no logrará impedir que se apruebe la renovación el programa Trident, porque el partido de Blair contará con los votos de los diputados del partido conservador.
David Cameron, líder de los ’tories’, que cuentan con 196 escaños en la Cámara, ha anunciado que apoyará el proyecto del gobierno.
Pero para Blair no será un trago fácil comprobar que uno de los principales proyectos de su gobierno fue adoptado sólo gracias al respaldo del partido rival.