Bitstrips, un toque cómico al mundo del internet


tec_3

Ahora que Bitstrips –las tiras cómicas que incorporan a personas de la vida real–, ha invadido Facebook y las redes sociales, cualquiera pensaría que es un fenómeno que surgió de la noche a la mañana. El éxito de la empresa basada en Toronto, no obstante, es producto de un largo proceso.

tec_3b

Por MICHAEL LIEDTKE SAN FRANCISCO /Agencia AP

Y, como ocurre a menudo, tomó de sorpresa a sus creadores. La noción de una aplicación móvil que convierte la vida de la gente en una tira cómica comenzó a gestarse hace unos 20 años, como una diversión entre estudiantes de la secundaria.

 Jacob Blackstone dibujó una caricatura medio soez sobre Charlie Brown y Lucy Van Pelt, de la tira cómica «Peanuts», y se la pasó a Shahan Panth, quien se sentaba detrás suyo en una clase de inglés de 12do grado. El profesor les hizo un llamado de atención por su comportamiento, pero Panth disfrutó mucho el episodio y alentó a Blackstock a que siguiese expresando su forma irreverente de ver la vida a través de caricaturas.

Los dos amigos siguieron en contacto una vez finalizada la secundaria y a menudo se enviaban caricaturas provocativas. Cuando Panth consiguió su primer trabajo luego de terminar la universidad, Blackstock le envió un fax con caricaturas sobre lo que sería su vida diaria.

«No puedo repetir las cosas que decía, de lo peor que te puedes imaginar», relató Panth.

Las bromas entre amigos terminaron convirtiéndose en un negocio. En el 2007 Blackstock y Panth fundaron Bitstrips, con la intención de crear una versión de YouTube a base de tiras cómicas. Durante un tiempo Bitstrips fue un servicio novedoso que se limitaba a adaptar tiras cómicas en los buscadores, hasta que en octubre la empresa lanzó una aplicación móvil para iPhones, iPads y aparatos que funcionan con software Android.

Un pasatiempo de adolescentes se transformó en un fenómeno de proyección mundial para Blackstock, quien hoy tiene 38 años, y Panth, de 39. Más de 30 millones de personas de 90 países pasan a ser parte de tiras cómicas usando las aplicaciones de Bitstrips. Google, que estudia los intereses de la gente, la catalogó como la aplicación más en boga en el 2013, más popular que la aplicación de videos Vine de Twitter, Instagram de Facebook, el juego Candy Crush de King.com y la aplicación de mensajes efímeros SnapChat.

«Hay una cantidad ridícula de gente a la que Bistrips le gusta tanto que comparten tanto sus tiras que abruma a quienes no lo hacen», expresó Blackstock, quien es el director ejecutivo y director creativo de Bitstrips.

En un esfuerzo por evitar que la gente se canse rápido, Bitstrips agregó opciones que permiten compartir las tiras con un grupo limitado de personas, sin hacérselas llegar a todos los contactos de Facebook y otras redes sociales.

La aplicación de Bitstrips hace que resulte muy sencillo que cualquiera con un teléfono multiusos o una tableta cree y distribuya tiras cómicas en las que aparecen ellos mismos y un amigo. Las aplicaciones ofrecen miles de posibles escenarios y le permite a cada usuario agregar sus propios textos.

La enorme popularidad de la aplicación sorprendió a Blackstock y Panth, quienes tuvieron que ingeniárselas para aumentar la capacidad operativa de Bitstrips para poder satisfacer la demanda. En la actualidad tienen 17 empleados y recibieron 3 millones de dólares de Horizon Ventures, de Hong Kong.

Esa suma les permitirá seguir funcionando hasta que Blackstock y Panth encuentren la forma de generar ingresos con la aplicación. Una posibilidad es que la empresa cobre por cada servicio adicional que ofrece Bitstrips, que da al usuario la posibilidad de incorporarse él mismo o algún personaje de sus programas de televisión y películas favoritas.

El apoyo de Horizon Ventures es revelador ya que es una firma manejada por Li Ka-shing, que tiene un historial de inversiones astutas en servicios como Facebook, Spotify, Skype y Waze cuando estos todavía no eran populares.

Blackstok dice que espera que Bitstripes demuestre que las ideas que tenía de adolescente no eran tan bobas como parecía cuando fue amonestado por el profesor de inglés. «Esto no es un motor para hacer bromas», sostuvo Blackstock. «Lo vemos más bien como una forma de expresarse».